Al anochecer, la barca se hallaba en medio del lago y Jesús estaba en tierra solo.
Marcos 6:47 (NVI)
Cuando la vida se vuelve complicada, podemos sentir como si nuestro Mesías estuviera desaparecido.
Es en este mismo escenario en el que encontramos a los discípulos de Jesús cuando leemos Marcos 6. Justo después de que Jesús alimentó milagrosamente a cinco mil personas, los doce discípulos se subieron a una barca para viajar a la siguiente ciudad. Pero vientos fuertes causaron que el agua se volviera muy turbulenta. Los discípulos “hacían grandes esfuerzos para remar” mientras las realidades de la vida se golpeaban contra ellos (Marcos 6:48, NVI).
Un estudio más profundo de la palabra griega basanizo (pronunciada ba-sa-nit-zo) que se traduce como “hacían grandes esfuerzos” en Marcos 6:48 revela lo angustiante que eran sus circunstancias. Basanizo también significa “atormentar”. Es una palabra que vemos usada en el contexto del tormento causado por una posesión demoníaca en Mateo 8:6 y en Marcos 5:7. Marcos claramente quería enfatizar la grave agitación y lucha a la que estos hombres se enfrentaban.
La tormenta era aterrorizante para ellos. Las olas no solamente crecían y se estrellaban, como quizás hayas visto cuando has estado en aguas turbulentas. Estas olas estaban explotando a su alrededor de manera impredecible. No podían afianzarse a sí mismos ni a su barca. Estaban completamente indefensos y ahogándose en miedo.
Yo definitivamente no puedo culparlos por tener miedo en ese momento. A veces es difícil no ser completamente consumidas por el miedo, ¿cierto?
¡Oh, vaya que agradezco que aún cuando nuestras tormentas nos causan que perdamos la vista de la esperanza, Jesús nunca nos pierde de vista!
Mientras los discípulos estaban en la barca esforzándose, Jesús estaba en la ladera de la montaña orando. Desde donde Él se encontraba, Jesús veía a Sus discípulos en el medio del lago: “Al anochecer, la barca se hallaba en medio del lago y Jesús estaba en tierra solo… vio que los discípulos hacían grandes esfuerzos para remar, pues tenían el viento en contra” (Marcos 6:47-48a, NVI).
Quiero que notemos la respuesta de Jesús a Sus discípulos, quienes gritaban por miedo, no por fe, cuando Él comenzó a caminar hacia ellos sobre el agua. La Escritura dice que “enseguida” habló con ellos y les dijo «…No tengan miedo» (Marcos 6:50, NVI). Él no les criticó por tener miedo. Él subió al barco con ellos.
Él nos está diciendo las mismas palabras a ti y a mí. Él no huye de nosotras en nuestros temores. Él se sube para estar junto a nosotras.
Y con Su presencia viene la paz. El mismo Dios que se reveló voluntariamente a Sí mismo a las personas de la Biblia, quiere revelar toda Su perfecta paz y el poder de Su presencia a nosotras también.
Le pido a Dios que en medio de cualquier dolor y tristeza que experimentas hoy, puedas verlo. Amiga, el Señor está cerca. Estamos seguras. Somos amadas. Somos vistas.
Señor, en vez de estar aterrorizada en medio de todo lo que no puedo comprender, ayúdame a mantener esta imagen de Ti viéndome y siempre estando conmigo. Que pueda yo encontrar valor en la seguridad de que Tu vendrás a mí con Tu presencia milagrosa. En el Nombre de Jesús. Amén.
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A menudo la vida parece muy lejos de la realidad que anhelamos. Lysa Terkeurst lo entiende muy bien, y por eso escribió No debería ser así. Ella ha descubierto que, ya sea que estemos lidiando con desilusiones diarias o pérdidas que alteran la vida, podemos encontrar una fortaleza inesperada a medida que luchamos entre nuestra fe y nuestros sentimientos. Lysa nos invita a entrar en su propio camino de fe, y nos ayuda a dejar de sentir la ansiedad y la desilusión para procesar mejor las expectativas no satisfechas y otras situaciones dolorosas.
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PROFUNDICEMOS
Génesis 16:13, Como el Señor le había hablado, ella le dio este nombre: «Tú eres el Dios que ve», pues dijo: «¿Acaso no he visto aquí también al que me ve?» (RVC)
La frase de “el Dios que ve” es una traducción de las palabras hebreas El Roi. ¿Cómo puedes recordar hoy que Dios te ve en medio de cualquier lucha, miedo o circunstancia?
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© 2024 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.
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