La oración del justo es poderosa y eficaz. Santiago 5:16b (NVI)
Allan era un hombre difícil.
Fue criado por una madre soltera con cinco hermanos; aprendió a sobrevivir con pura determinación y valentía. Se casó a los 19 años de edad, a los 20 tuvo su primer hijo varón y a los 25 tuvo una niña. Y durante las próximas dos décadas, él pasó de conducir un camión de reparto de un almacén de madera a convertirse en copropietario de una empresa de suministros de construcción.
Allan bebía demasiado, se peleaba con su esposa verbal y físicamente y aterrorizaba a sus niños emocionalmente. Le gustaba apostar, se enredó con la pornografía y tuvo relaciones cuestionables mezcladas con una gran cantidad de vicios desagradables. Pero cuando su hija adolescente le entregó su vida a Jesús y comenzó a orar por su familia, Dios tomó el cincel de Su gracia y comenzó a tallar el corazón de piedra de Allan.
Un día él le dijo, “Yo iré contigo a la iglesia de vez en cuando pero nunca podré convertirme en cristiano, he hecho demasiadas cosas horribles en mi vida. Dios nunca podrá perdonarme, nunca seré lo suficientemente bueno”.
Su hija le explicó que nadie jamás podría ser lo “suficientemente bueno”, ya que si pudiéramos serlo, entonces, Jesús no hubiera tenido que morir en la cruz para pagar por nuestros pecados. Pero Allan no podía comprender este tipo de gracia.
Cuando Allan tenía cuarenta y seis años, su vida cambió drásticamente. Tuvo que enfrentarse a una desagradable demanda después del fracaso de un negocio. Allan estaba al borde de sufrir un ataque de nervios, pues, desde su perspectiva, estaba a punto de perderlo todo. Pero desde la perspectiva de Dios, Allan estaba justo donde Él lo necesitaba.
Un día, Allan entró en pánico y condujo desde Carolina del Norte hasta Pensilvania en busca de su esposa quien se encontraba allí en una reunión. Al no poder encontrarla, paró en una iglesia para pedir que oraran por él. La recepcionista de la iglesia le dibujó un mapa y lo envió en busca de un pastor que se encontraba en el bosque, donde construía su nueva iglesia.
Allan siguió ese mapa dibujado en un pedazo de papel y encontró a un hombre con un martillo en la mano y a Jesús en su corazón. Allan le contó al pastor todo lo que había hecho en su escandalosa vida, luego el pastor abrazó por el hombro a Allan y le dijo, “Ahora, déjame contarte lo que yo he hecho”.
Allan me contó lo que ocurrió en esa conversación de la siguiente manera: “Ese hombre había hecho todo lo que yo había hecho. Yo entendí que si Dios pudo perdonarlo a él y permitirle ser pastor, entonces, Él podría perdonarme a mí también”.
Ese día en los bosques de Pensilvania, Allan aceptó a Jesús como su Señor y Salvador y se convirtió en uno de los hombres más cariñosos que he conocido. Allan era mi Papá.
Cuando era jóven en mi fe, pude ver de primera mano cómo el poder de la oración puede cambiar la vida de un hombre — incluso puede fortalecer su determinación, proteger su corazón y hacer crecer su fe.
El versículo de hoy nos recuerda esa verdad: “La oración del justo es poderosa y eficaz” (Santiago 5:16b NVI). Mi primera experiencia con la fidelidad de Dios en escuchar nuestras plegarias por los hombres en nuestras vidas comenzó con mi Padre y continúan hoy día con mi esposo e hijo.
Si estás casada, tienes el poder de abrir las puertas del cielo con oraciones por tu esposo. No importa si tu esposo aún no conoce a Jesús, si tiene una fe principiante o una fe ferviente, no hay nadie más calificada que tú para orar por su relación con Cristo. No importa dónde se encuentre tu esposo en el continuo de la infidelidad a la fidelidad a Dios, tú puedes orar con fe – ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Hebreos 11:1b (LBLA)
Oremos hoy por los esposos. Si eres soltera, usa esta guía para orar por los hombres importantes en tu vida.
Querido Señor, te pido por __________________.
Sus hombros – Sin importar por lo que mi esposo pase hoy, asegúrale que nada es demasiado difícil para Ti. Empodéralo para que corte todo lazo de preocupación con el sable de alabanza y que ponga todas sus cargas sobre tus hombros capaces. (Génesis 18:14; Deuteronomio 31:8; Salmos 9:10)
Su corazón – Pon un sello de protección alrededor de su corazón para mantener la corrupción afuera y la pureza adentro. (Proverbios 4:23; Proverbios 17:20; Proverbios 17:22)
Su espalda – Protégelo en medio de los reinos físico y espiritual. Guárdalo de las patrañas del diablo que puedan atraparlo y hacerlo caer. Gracias porque ninguna arma forjada en contra de él prosperará. (Juan 10:10; 2 de Corintios 2:11; Efesios 6:10-18)
Sus brazos – Ayuda a mi esposo a ser fuerte y valiente en Tu enorme poder. Refuerza su coraje cuando tenga miedo y reafirma su confianza. (Deuteronomio 31:6; Josué 1:9; Isaías 30:15)
Sus manos –
Bendice la labor de las manos de mi esposo. Premia sus esfuerzos y tráele éxito. (Deuteronomio 33:11; Deuteronomio 28:12-13)
Señor, Yo levanto a _______________ delante de Ti hoy. En el Nombre de Jesús, Amén.
REFLEXIONA Y RESPONDE
¿Cuál es la oración más urgente en este día a favor de tu matrimonio o del hombre en tu vida? Deja un comentario con tu petición de oración, luego ora por el nombre de la mujer cuyo comentario está debajo del tuyo. Yo oraré por el primer nombre. No es necesario compartir muchos detalles. ¡Dios conoce cada detalle!
© 2020 por Sharon Jaynes. Todos los derechos reservados.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.