Devocionales

Una presencia abrumadora

Alexandra Hoover 11 de noviembre de 2019
«Mi presencia irá contigo, y Yo te daré descanso», le contestó el SEÑOR. Éxodo 33:14 (NBLA)

Abrumada. Todas conocemos este sentimiento. Algunas definiciones incluyen: "sepultarse o ahogarse bajo una masa enorme, completamente derrotada, dar demasiado de algo a (alguien); inundarse".

Este solía ser mi estado de ánimo constante. La sensación pesada de la vida, la presión persistente. La avalancha de todo, a menudo presionando tan intensamente que era difícil respirar. ¿Quizá te identificas?

Cuando era niña, todo en la vida de mi familia nos sucedía muy rápido y con intensidad. Rápidamente aprendí a filtrar, manejar y esconder mis emociones. Como adulta, el sentirme abrumada formaba parte de mi día a día. Había aprendido a lidiar con esa sensación. Sabía qué hacer y cuando era necesario, podía ayudarme a mí misma.

Si mi corazón estaba abrumado, reprimía el sentimiento, porque ¿quién tiene tiempo para ocuparse de un corazón abatido? Si mi mente estaba abrumada, me aseguraba de ocuparme con algo. Si tan solo conseguía olvidar por qué estaba abrumada, ignorarlo de algún modo, todo iría bien. Mientras más intentaba mantenerme ocupada con más cosas, mi mente y corazón quedaron aún más abrumados.

Si me sentía físicamente abrumada al seguir haciendo cosas, me decía a mí misma que sentirme así era parte de la vida. Justificaba este sentimiento considerándolo parte de mi responsabilidad como alguien que es diligente y completa las cosas.

Todo esto era una señal de un alma abrumada en profunda necesidad de un Dios cariñoso.

En medio de una de mis temporadas más desafiantes, aprendí que Su presencia abrumadora era donde mi alma cansada encontraría refugio y descanso. En Emmanuel, Dios con nosotros, encontraría la paz y la sabiduría que necesitaba un alma fatigada.

El término hebreo más común para "presencia" en la Biblia es panim, que también se traduce como "encarar", lo que implica un encuentro cercano y personal con el Señor. Cercanía con el Padre... un encuentro cara a cara con el Rey de reyes que trajo Su amor abrumador a un pueblo desilusionado.

Solía creer que Su presencia no era una ayuda permanente. Que el descanso no era algo garantizado en nuestro día a día. Puede que tú también te hayas sentido así: que Su presencia no es tangible y, por tanto, está fuera de nuestro alcance cuando la vida parece fuera de control. Pero Su presencia es real, y la experimentamos a través de la confianza de que Él es un Dios bueno, que Él es Dios con nosotras.

En el Antiguo Testamento, Dios le dijo a Moisés que Su presencia estaría con él al ser enviado a una misión que era dura pero santa: “El SEÑOR le dijo:—Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” (Exodo 33:14).

Moisés debía encontrar su descanso en la presencia de Dios. Allí es donde su alma abrumada se encontró con el amor y la fidelidad abrumadoras de Dios. Esa misma presencia se nos da por medio de Cristo Jesús; Él nos da acceso a la vida abundante a través de confiar y descansar en Su amor por nosotras.

La tendencia a depender en lo que podemos hacer y no en la fidelidad de Dios hará que nuestra experiencia de la presencia de Dios disminuya. Dios, sin embargo, no quiere que vivamos guiadas por el ritmo frenético de la vida. En su lugar, nos invita a confiar en Su presencia abrumadora para que nos guíe.

A medida que avanzamos en nuestro día y lo invitamos a entrar en los espacios que lo necesitan tan desesperadamente, recordemos que cuando nos acercamos a nuestro Dios, estamos invitando a que Su presencia nos guíe con amor.

Esto es la vida abundante: Dios con nosotros, una presencia poderosa y abrumadora.

Padre Celestial, gracias porque Tu presencia abrumadora de amor no sólo nos sigue, sino que está con nosotras. Señor, te pedimos que en los momentos en que la vida trata de abrumarnos, nos recuerdes que Tú, Padre, eres quien trae luz y calma a lo que es oscuro y pesado. Ayúdanos a recordar que Tu presencia contiene el poder para que sigamos adelante, y confiaremos en Ti en medio de ello. En el Nombre de Jesús, Amén.

© 2019 por Alexandra Hoover. Todos los derechos reservados.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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