Devocionales

Qué decir o hacer, ¡cuando no sabes qué decir o hacer!

Karen Ehman 12 de marzo de 2020
Gócense con los que se gozan. Lloren con los que lloran. Romanos 12:15 (RVA-2015)

Me quedé mirando el patrón de caleidoscopio helado que se formó durante la noche en la ventana de nuestra sala de estar. Justo en ese momento, escuché la voz de mi madre animándome a ponerme el abrigo y, sobre todo, a salir en ese momento para no llegar tarde a la escuela. Antes de salir, le pregunté acerca de lo que estaba en mi mente - «Mamá, ¿estará Lisa de regreso en la escuela hoy?».

«No estoy segura, cariño», respondió. «Puede que tarde unos días más». Mi compañera del sexto-grado acababa de sufrir una experiencia terrible. Su padre falleció de repente, dejando una esposa y tres hijos. Esta muerte fue la primera vez que presencié a alguien pasar por duelo. A medida que pasaban los años, me encontraría con personas quienes experimentaban otras clases de pérdidas – la pérdida de un matrimonio, de un empleo, de una relación. Y después, llegó el momento en que yo también experimenté la pérdida de mis seres queridos por muerte. Primero un tío. Después un abuelo. Y otro abuelo.

Como persona adulta, he vivido la pérdida de un bebé nonato y también he tenido amigos quienes han perdido sus batallas contra enfermedades terminales, como el caso de mi cuñada. Luego, llegó el golpe más duro hasta ahora: perdí a mi padre de 87 años, quien falleció hace unos meses.

El versículo clave de hoy, Romanos 12:15, nos ordena que ayudemos a aliviar el sufrimiento de los demás: Gócense con los que se gozan. Lloren con los que lloran. La primera parte de esa Escritura no es muy difícil para cumplir. ¿A quién no le gusta celebrar las alegrías con otros?

Pero, compartir el dolor requiere más esfuerzo. Puede ser complicado e incómodo. No sabemos qué decir, ni cómo debemos decirlo o, incluso, si debemos decir algo o no. Aunque tenemos buenas intenciones de corazón, estamos perdidas en qué hacer.

Romanos 12:15 tiene la respuesta a nuestro dilema de “¿qué debo decir o hacer?”. La palabra llorar en el griego original es klaió. Significa lamentarse de manera apropiada, expresar en voz alta nuestro dolor no restringido, llorar a gritos junto con la otra persona.

Según mi experiencia, aquellos que expresaron con sus palabras su tristeza por mi dolor, fueron los que más me impactaron. Claro, también, valoré las flores que enviaron. Sin embargo, aquellos que me animaron, a pesar de lo difícil que habrá sido expresar su simpatía, son los que más me tocaron el corazón. A veces, se trataba de una tarjeta regalo para un café, enviada con una nota de condolencias escrita a mano. Otras veces era un mensaje sencillo de una amiga lejana diciéndome que me tenía en mente ese día.

Una amiga me solía llamar en distintas mañanas para orar por mi por teléfono, mencionando específicamente el dolor que estaba sufriendo después de perder a mi padre. Escucharla hablar en voz alta al Señor por mí, era poderoso y me dio las fuerzas necesarias para afrontar el día, cuando lo que realmente quería hacer era meterme en la cama otra vez, subir las sábanas sobre mis ojos enrojecidos y llorar hasta quedarme dormida.

¿Hay alguien en tu vida quién está tambaleándose por una pérdida? ¿Vinieron a tu mente pero no las contactaste porque simplemente, no sabías cómo? Aun cuando no sabemos qué decir o hacer, podemos hablar y simplemente decir «mi corazón se quebranta por ti. No sé qué decir pero quiero que sepas que quiero ayudarte a sobrellevar tu dolor».

No debes tener pena al usar tus palabras para llorar con alguien que no puede dejar de llorar. Nuestras palabras habladas del dolor compartido pueden ayudar a otra alma simplemente salir adelante y sobrevivir al día.

Padre, permíteme usar mis palabras hoy para compartir en el dolor de alguien, ayudándole a sobrellevar su carga, aliviando su carga y alegrando su día. En el Nombre de Jesús, Amén.

VERDAD PARA HOY

Gálatas 6:2, Sobrelleven los unos las cargas de los otros y de esta manera cumplirán la ley de Cristo. (RVA-2015)

1 Corintios 12:26, De manera que si un miembro padece, todos los miembros se conduelen con él; y si un miembro recibe honra, todos los miembros se gozan con él. (RVA-2015)

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REFLEXIONA Y RESPONDE

¿Quién es alguien en tu vida que recientemente ha sufrido una pérdida? ¿Cuál es una manera sencilla que puedes usar tus palabras para alentar y animarlas hoy? ¡Comparte tus ideas en la sección de comentarios!

© 2020 por Karen Ehman. Derechos reservados.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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