Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia. Pero que la paciencia tenga su obra completa para que sean completos y cabales, no quedando atrás en nada. Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala a Dios —quien da a todos con liberalidad y sin reprochar— y le será dada. Santiago 1:2-5 (RVA-2015)
He escuchado a muchas personas en comunidades de la fe hablar acerca de puertas como si Dios fuera el conserje de un edificio de apartamentos. «Él abrió la puerta» o «Él cerró la puerta» es algo que se comenta mucho. Sin embargo, me he dado cuenta que aunque Dios ordena todos nuestros pasos, nosotros tenemos licencia sobre los movimientos que decidimos hacer también.
Miramos a Dios buscando respuestas, dirección y propósito en nuestras vidas y Él nos dirige a Jesús nevamente. Nuestra fe no es un acertijo para resolver, es un camino a seguir. ¿Pero, cómo?
Sí, entiendo el concepto de puertas abiertas y cerradas. Es sólo que no estoy seguro de aceptar esa premisa de pensar que Dios está jugando a la “luz roja y luz verde”, diciéndonos que avancemos o que retrocedamos en cada situación.
Si bien creo que a Dios le importa íntimamente nuestros corazones y ambiciones cuando son Suyos, no creo que Él sea necesariamente el que se para en la puerta, decidiendo abrirla o cerrarla. Si eres músico y cantas canciones malas, no me apresuraría a decir «Dios cerró la puerta a mi carrera». Es una dura verdad, pero tal vez es hora de mejorar en el canto.
Si eres una autora o autor como yo y escribes palabras poco inspiradoras como me ha sucedido en varias ocasiones, tratemos de llevarlo a Jesús y no culparle por ello. Lo que quiero decir es que es muy fácil confundir un mal desempeño por intervención divina. No caigamos en eso y en cambio ocupémonos en mejorar.
¿Dios se involucra en nuestras vidas de maneras invisibles? Ciertamente lo hace. ¿Quién sabe cuántos ángeles guardianes ha puesto entre tú y un mal resultado? Golpear algunos topes en el camino no siempre significa que Dios está tratando de enviarte un mensaje secreto y encriptado. Tal vez lo que intentamos simplemente no salió de la manera como lo esperábamos.
Lo que realmente he llegado a creer es que, en la economía de Dios, nunca se desperdicia nada. Ni nuestro dolor, ni nuestras decepciones, ni siquiera nuestros contratiempos. Estas son herramientas que pueden ser usadas después como receta para nuestro mejor trabajo. Deja de echarlo a perder, “tirando la masa”.
El versículo del día de hoy lo dice aún mejor. Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia. Pero que la paciencia tenga su obra completa para que sean completos y cabales, no quedando atrás en nada. Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala a Dios —quien da a todos con liberalidad y sin reprochar— y le será dada (Santiago 1:2-5).
Afortunadamente Dios no está escribiendo con Su lápiz en una tarjeta de puntaje, examinando cada uno de nuestros movimientos hasta que logremos acertarlo. Él está con nosotros mientras navegamos las dificultades de la vida. Todos nos equivocamos, y muy a menudo. Así que sigamos avanzando con nuestros ojos puestos en Jesús en vez de preocuparnos por cómo nos vemos ante los demás. Si aseguramos de que siempre se trate de Jesús, Él prometió que llegaríamos a saber más de Él mientras descubrimos ciertas cosas sobre nosotros mismos.
Algunas cosas que intentemos, funcionarán, otras no. Es así de simple. Así que hago que mi meta sea aprender lo que pueda del éxito o de los contratiempos y seguir adelante.
Nuestros fracasos no nos ponen nombre. Dios sí. Si no estás escuchando el susurro en tu oído diciendo «amada» cuando tienes un contratiempo o problema, sólo recuerda que no es Jesús quien te está hablando.
Querido Dios, ayúdame a recordar que el fracaso es sólo parte del proceso, y no solamente está bien, es mejor que bien. Gracias por nunca llevar un conteo de mis fallas y por siempre ayudarme a superar mi caída para poder proseguir hacia la meta de nuevo. Y por amarme siempre, sin importar nada. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
Salmo 37:23, El SEÑOR afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir. (NVI)
Gálatas 6:9, No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. (NVI)
Recursos Adicionales
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Reflexiona y responde
¿Ves tu fe como un acertijo para resolver o como un camino a seguir? ¿Cómo influye en esto tu visión sobre quién es Dios?
¿De qué manera le has visto a Dios usar las lecciones difíciles de tu vida en prepararte para cosas más grandes?
Bob Goff es el Cónsul Honorario de la República de Uganda, abogado y fundador de Love Does — una organización sin fines de lucro dedicada a los derechos humanos que opera en Uganda, India, Nepal, Iraq y Somalia. Es un gran fanático de los globos, pastelitos y de ayudar a las personas a perseguir sus sueños enormes. Para más información, ingresa a BobGoff.com y a LoveDoes.org.
El Ministerio de Proverbs 31 agradece a Nelson Books, una división de HarperCollins Christian Publishing, por su patrocinio con el devotional del día de hoy.
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