Devocionales

El corazón de Dios

Binu Samuel 10 de septiembre de 2020
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. 1 Juan 4:10 (NVI)

Se acercaba la hora de cierre y una taza de sopita caliente me estaba llamando.

Afortunadamente, trabajo en un supermercado, así que la respuesta a mi antojo estaba a unos metros de distancia. Después de regresar con la sopa, envié a mi técnico a su casa por la noche. No había mucho trabajo y tenía ganas de pasar la última hora con tranquilidad y sin incidentes. Solo yo y mi cena.

Sin embargo, el silencio no duró mucho. En menos de dos minutos un hombre joven se acercaba a mi mostrador de la farmacia. Curiosamente, al ir al pasillo de la sopa me había fijado en este señor. Vi que no tenía un carrito de compra, ni una canasta, ni nada de comida en su mano. Y ahora, estaba aquí frente a mi mostrador.

«Hola, ¿en qué le puedo ayudar?» le pregunté mientras iba caminando hacia él. El señor miró hacia atrás y después me miró directamente. «Oh…nada…solo estoy pasando el tiempo» dijo él.

¿Pasando el tiempo? ¿Quién da vueltas en un supermercado sin comprar nada y después pasa su tiempo libre en la farmacia?

Miles de pensamientos invadían mi mente, ninguno positivo. Ya está. Me están robando. Mi corazón empezó a acelerarse. Él alcanzó su mano al bolsillo dentro de su chaqueta confirmando aún más mis temores. Entonces continuó sacando algo.

«SHH» dijo, con su dedo encima de sus labios (señalando que me mantuviera en silencio).

Mi cerebro entró en modo de pánico. ¿Quién es este señor? ¿Por qué está delante de mi mostrador? y ¿por qué me está diciendo “SHHH”? Tardé unos minutos para que mi cerebro registrara lo que vi. Brillaba…pero no era un arma. Era una placa de seguridad.

Este señor estaba trabajando encubierto y estaba ahí para proteger a nuestra tienda…y a mí.

¡Vaya! ¡Cómo le había juzgado mal!

¿Alguna vez has juzgado erróneamente a alguien? ¿Alguna vez has juzgado mal a Dios?

Sé que lo he hecho.

Cuando las cosas no salen como lo planeado. Cuando una puerta se cierra en mi cara. Cuando una enfermedad inesperada surge. Miles de pensamientos invaden mi mente, ninguno positivo. Cuestiono si Dios realmente está atento a lo que está pasando o si tan siquiera, le importa. Dudo de Su amor por mí y pregunto por qué me está robando mi felicidad.

¿Cuántas veces he juzgado erróneamente el corazón de Dios?

En 1º Juan 4:10 el apóstol declara, En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.

El mismo Juan escribió el famoso versículo de Juan 3:16, »Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a Su Hijo Unigénito… (RVA- 2015). Juan, el discípulo amado, quería hacernos entender lo que él sabía muy bien.

Dios te ama.

Todos los 66 libros de la Biblia revelan Su amor hacia nosotras. Desde el libro de Génesis hasta el libro del Apocalipsis, Dios lleva silenciosamente Su mano al bolsillo, saca y nos enseña Su placa de seguridad – Su placa de amor. Desde el jardín de Edén hasta el jardín de Getsemaní, Su amor hacia nosotras no cambia.

Por muy desalentadora que sean nuestras circunstancias, pido a Dios que nunca juzguemos mal el corazón de Aquel que vela por nosotras. El corazón de nuestro Padre Celestial. Cuando dudamos de Su presencia, Dios está ahí, obrando encubierto. Cuando dudamos de Su motivo, Él se mantiene firme, no vacila. Él está de nuestra parte.

Él es nuestro defensor, nuestro protector, nuestro escudo. Él es nuestra seguridad.

Querido Jesús, gracias por ser mi ayuda segura en momentos de angustia. Aún cuando dudo de Ti, Tú sigues siendo fiel y amoroso. No importa la situación difícil a la cual me enfrento, Tú no me dejarás ni me abandonarás. Tú sigues siendo fiel a Tu Palabra. Por favor, dame ojos para ver y un corazón para comprender cuán profundo es Tu amor por mí. Gracias por siempre estar velando por y cuidando de mi. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Efesios 3:18, Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuan alto y cuán profundo es su amor. (NTV)

Juan 3:16, »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. (NTV)

Recursos Adicionales

Si has disfrutado del devocional de hoy y quieres leer más, dale una mirada a los devocionales relacionados aquí abajo:

Cuando no entendemos lo que Dios está haciendo, por Alicia Bruxvoort

Un amor sin comparación, por Carrie Stephens

Reflexiona y responde

¿Alguna vez te has sentido confundida o abandonada cuando una puerta se cerró en tu vida…aunque luego te diste cuenta que Dios, en realidad, te estaba protegiendo de algo y resolviendo las cosas a tu favor?

Toma un momento y dale gracias a Dios por Su intervención divina, Su protección y Su guía en tu vida. ¡Comparte tus pensamientos con nosotras en los comentarios abajo!

© 2020 por Binu Samuel. Todos los derechos reservados.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

Únete a la conversación

¡Nuestra campaña financiera de fin de año está activa ahora!