Devocionales

¿Qué sucede cuando olvido que Cristo vive en mí?

Lynn Cowell 16 de octubre de 2020
He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. Gálatas 2:20 (NVI)

Mis ojos escanearon a la multitud en busca de su rostro. Estaba participando una vez más en el coro de mi escuela secundaria, y solo quería ver una cosa: a mi papá en la audiencia.

No es que pensara que mi papá no me amaba. Sabía que me amaba, o al menos pensé que lo sabía. Trabajaba, literalmente, día y noche, para mantenerme a mí y a mi gran familia de 10. Seguramente eso demostraba su amor, ¿verdad?

Mientras mis ojos y mi corazón continuaban buscando, me pregunté: “¿Mi participación será lo suficientemente importante para que se tome una noche libre del trabajo? ¿Seré suficiente?” Quería pruebas de que era amada. E incluso si no aparecía ... ¿seguiría creyendo que me amaba?

Me parece que, incluso hoy, hay ocasiones en las que escaneo las circunstancias de la vida cotidiana en busca de pruebas de que soy amada. A veces se ve así:

  • ¿Recordará mi esposo que mi trabajo requiere mucho, aunque no sea el típico horario de nueve a cinco?
  • ¿Recibiré un «gracias» de mi jefe por todas esas horas extra que trabajé en ese proyecto?
  • ¿Tendrán mis hijos adultos tiempo para mí?

Tengo la sensación de que no soy la única que hace esto.

El versículo de hoy en Gálatas 2:20 nos dice: He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.

Mi vida como creyente comienza con la crucifixión. (No literalmente crucificada, solo la forma antigua de vivir y pensar). Para mí, esta muerte es la muerte del continuo anhelo de afirmación y aprobación. Jesús ya me ha afirmado, ¡y eso es suficiente!

Me gusta pensar que, porque Jesús me ha afirmado, todos mis deseos egoístas de buscar pruebas de que soy amada en todos los lugares equivocados deberían desaparecer y desvanecerse, ¿verdad?

Incorrecto. Esto es lo que pasa cuando olvido que Cristo vive en mí.

Mientras esté en este lado del cielo, mi carne luchará por volver a la vida y tomar el control. Necesito recordar que morir a mí misma no es una decisión de una sola vez, sino una decisión diaria (y a menudo momento a momento).

Todos los días, debo asentar en mi alma que soy profundamente amada y apreciada por siempre. Debo recordar que el Espíritu de Cristo que vive en mí es más grande que mi deseo de probar que soy amada y lo suficientemente buena en cada situación.

Cuando no desperdicio mi energía y mi tiempo buscando amor, puedo ser un conducto para que Su amor, Su propósito y Su vida fluya a través de mí y hacia los demás.

Amiga, tú y yo podemos dejar de buscar entre la multitud. Nuestro Padre nos ama. Lo demostró de una vez por todas mediante la muerte y resurrección de Jesús. Y lo prueba a diario a través de la presencia empoderadora del Espíritu Santo que vive en nosotras. Lo demuestra en el poder de decir sí a amar a otro(a) cuando es difícil e incómodo.

Sí, Cristo vive en nosotras. Ahora vivimos por fe, confianza y seguridad en el Hijo de Dios que nos amó y se entregó a Sí mismo por nosotras, y con esta confianza, compartimos este gran amor con las demás.

Jesús, he sido crucificada contigo. Cuando me sienta tentada a buscar el amor en la forma en que los demás me responden, me ven o me afirman, ayúdame a aferrarme a la Verdad que Tú ya me has afirmado. Ayúdame a morir a mí misma de nuevo en este momento y en el próximo para que Tu Espíritu pueda vivir en mí y a través de mí. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Romanos 5:8, Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. (NVI)

Efesios 5:2, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios. (NVI)

Recursos Adicionales

Para obtener más información sobre cómo Dios ya te ha dado su aprobación y afirmación, lee estos devocionales similares:

Esperanza para mujeres heridas por su padre, por Kia Stephens
Elegida, por Anitha Abraham
Cuando sientes que no mereces ser amada, por Amy Carroll

Reflexiona y responde

¿De qué manera te empodera el saber cuán profundamente eres amada para ser una dadora de amor profundo e incondicional a los demás?

¿Quién en tu vida necesita que se le recuerde que Dios la ama incondicionalmente? Permítenos saber en los comentarios y luego encuentra una manera de decirle a esa persona que es amada.

© 2020 por Lynn Cowell. Todos los derechos reservados.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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