Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las intrigas del diablo. Efesios 6:11 (RVA-2015)
Sé lo que se siente el haber sido herida tan profundamente que, poner en práctica los mandamientos de las Escrituras para perdonar parece, demasiado cruel como para siquiera considerarlo.
¿Cómo puedo ofrecer perdón como manda Colosenses 3:13 cuando alguien me ha herido hasta el punto en que temo que nunca volveré a sentirme normal? ¿Y cómo se puede esperar que sea una mujer de gracia y compasión como Efesios 4:32 me lo pide cuando el dolor parece no tener fin y el que me lastimó actúa como si no fuera gran cosa?
Estas son preguntas que palpitan no sólo con dolor y pérdida, sino con un dolor tan profundo que puede resultar completamente enloquecedor pensar que las Escrituras deben aplicarse en estas circunstancias.
Y aquí es exactamente cuando debo recordar que la Verdad proclamada y vivida es un arma brutalmente precisa contra el mal. La Verdad dice que tengo un enemigo... pero no es la persona cuyas decisiones me han causado un gran dolor.
Sí, la gente tiene la opción de pecar contra nosotras o no. Y ciertamente, cuando somos lastimadas, la persona que nos lastima jugó voluntariamente en el plan del enemigo. Pero me ayuda mucho recordar lo que Pablo enseña en Efesios 6:10-13: que la gente no es mi verdadero enemigo. El diablo es real y está en un asalto total contra todo lo bueno. Odia la palabra juntos. Y sobre todo trabaja con gran intencionalidad contra las relaciones. Pero las Escrituras nos dicen que podemos oponernos a los planes del enemigo.
Efesios 6:11 nos recuerda lo que debemos hacer: “Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo”.
La frase “para que puedan” (que se traduce “para poder” en la NTV) es dynasthai en la forma griega original, que significa “soy poderoso, tengo el poder”. Podemos sentirnos impotentes cuando el enemigo crea problemas entre nosotros, pero no lo somos. El secreto está en ser consciente de esto. Y es saber de dónde viene ese poder.
En Efesios 6:10 (NTV), cuando Pablo nos ordena “sean fuertes”, según el griego original, podemos interpretarlo de una manera distinta. Pablo está diciendo que deberíamos ser “fortalecidos”. Hay una tremenda libertad en esta diferencia sutil. Dios no nos está llamando a encontrar un poder dentro de nosotras mismas para superar las batallas que enfrentamos. La razón por la que podemos “[ser] fuertes en el Señor y en su gran poder” (Efesios 6:10, NTV) es porque el mismo poder de Dios que levantó a Cristo de los muertos por medio del Espíritu vive en nosotras. (Efesios 1: 19-20)
Entonces, el poder no está en duda. Pero nuestra conciencia de ello a menudo sube y baja por nuestra voluntad de hacer lo que la Palabra de Dios dice que hagamos en tiempos de conflicto.
A menudo, cuando no quiero vivir lo que dice la Palabra de Dios con otra persona, hacer lo que Dios dice es una derrota épica del enemigo. Los sentimientos heridos no suelen querer cooperar con las instrucciones santas. Pero no hay nada más poderoso que una persona que vive lo que enseña la Palabra de Dios.
Querida amiga, las angustias que llevas son enormes. Entonces, si nadie más en este mundo ha sido tan amable de decirte esto, yo lo haré. Siento muchísimo todo lo que te ha pasado. Pero estoy orando para que ambas recordemos que la verdadera victoria no radica en hacer que alguien pague por cómo nos han lastimado, sino en nuestra disposición a caminar en obediencia a todo lo que las Escrituras nos piden.
Incluso cuando no tiene sentido para nosotras... incluso cuando se siente dolorosamente imposible … especialmente cuando parece injusto… la Palabra de Dios es buena y es para nuestro bien. Y Dios no nos ha dejado impotentes para vivirlo hoy.
Dios Padre, estoy muy agradecida de que no me hayas dejado desprevenida en las batallas que enfrento. Tengo Tu Palabra para guiarme, Tu Espíritu en lo profundo de mí y Tu armadura para protegerme. Ayúdame a recordar quién es mi verdadero enemigo. Y dame la fuerza y la sabiduría para vivir en obediencia a Ti, sin importar lo que digan mis sentimientos. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
2 Timoteo 3:16-17, Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra. (NVI)
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