El ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación. Colosenses 1:17 (NTV)

Agrégalo a la lista, me dije a mi misma, mientras hacía otra nota sobre algo que necesitaba mi atención

En algún lado después de “Estudiar más la Biblia” y “Leerle a los niños” agregué otra cosa: “Comer más vegetales”

Después de poner la lista a un lado pensé en algo más: “Trabajar en ser una mejor oyente”.

Tal vez aquel dicho de “somos nuestros peor crítico” es cierto, pero, a pesar de lo duro que lo intento, a veces siento que todas las áreas de mi vida de alguna manera se están desmoronando.

Sentada allí en lo que se suponía que fuera un momento de introspección, al intentar arreglar las cosas, el momento se convirtió en uno de vergüenza y desánimo. Empecé a recordar todo lo que no estaba haciendo bien, todo aquello que dije que haría durante meses - A quién quiero engañar, por años ya.

Hundiéndome en un ataque de autocompasión, necesitaba recordar que hay una luz al final del túnel. No importa cuán sombrías que estén las cosas o que esté convencida que no me encuentro nada bien, Jesús está ahí, tan brillante y amoroso como siempre.

Es durante esos momentos cuando sentimos que fracasamos en las cosas importantes que necesitamos apartar la mirada en nosotras mismas y fijar nuestros ojos en Cristo. Él es bueno.

Él es nuestra constancia, Él permanece.

Cuando únicamente me fijo en lo que no soy, caigo en la trampa de mis fracasos percibidos. Esa trampa me mantiene enfocada en la sombra del túnel en lugar de ver Su luz llena de esperanza. A veces la forma de salir de esto es un simple cambio de perspectiva. Puedo castigarme por comer muchas papas fritas y no tener suficiente tiempo de calidad o puedo mirar a Jesús dejando que su luz ilumine la oscuridad en ese momento y me guíe más cerca de Él.

Colosenses 1:17 nos dice “Él ya existía antes de todas las cosas y mantiene unida toda la creación.” (NTV)

¡En Él yo estoy unida! Aunque esté luchando por mantener todo en orden, el amante de mi alma mantiene todas las cosas unidas.

Cuando le encomendamos a Él nuestras victorias, nuestros fracasos y nuestros esfuerzos, Él los mantiene.

El versículo dice - Él ya existía antes de todas las cosas-. Jesús conocía nuestras luchas mucho antes que nosotras y nos anima a ver más allá de esas luchas y mirarlo a Él. Si quitamos la mirada de todo lo que no somos, podemos aceptar lo que Él dice que somos.

Aunque es posible que necesitemos trabajar en nuestras amistades, Jesús dice que somos sus amigos (Juan 15:15)

Cuando nos sentimos desconectadas o inadecuadas, Él dice que somos una rama de la vid verdadera, capaces de dar fruto en Él. (Juan 15:1-5)

Mientras estamos siendo duras con nosotras mismas y privandonos de gracia, Cristo dice que no hay condenación para los que están en él. (Romanos 8:1, NBLA)

Existen momentos cuando sientes que todo o se está derrumbando o en el mejor de los casos es un trabajo en progreso extremadamente largo. Aún allí Jesús es sólido y nos ofrece la fuerza que nos ayudará a superarlo.

Él es nuestra constancia.

No tengo que tenerlo todo en orden. Yo solo debo conocer al que lo hace. Él está ahí ya sea que yo complete todas las cosas de mi lista de verificación o si apenas logro algo. Yo sé que Él quiere que sea una mejor amiga, esposa, madre y servidora, pero sólo seré mejor mirando hacia la Luz, hacia el Refinador.

Verás, cuando permito que todas mis luchas se traten de mí, se vuelve más y más difícil salir de ese lugar, pero cuando conecto mis deseos insatisfechos a Sus deseos para mí, obtengo fuerzas para seguir adelante. ¡Él quiere que seamos exitosas!

Habrán muchos más días en los que me preguntaré ¿estoy siendo una buena amiga? ¿estoy dando suficiente? Puede que la respuesta sea “no”, pero ¿sabes qué? Puedo agradecerle a Dios por darme una mente que se preocupa aún por este tipo de cosas. Puedo mirarlo a Él con un corazón blando y dejar que Su Palabra me muestre cómo debo llegar a donde necesito estar.

Cuando nos transformamos en mejores personas para aquellos que están a nuestro alrededor y podemos decir que Jesús es la razón, Él se lleva la gloria, y nuestra lucha no es en vano.

Señor, ayúdame a ver que Tú grandeza supera mis defectos y Tú estás aquí conmigo mientras crezco y me vuelvo más como Tú. En el nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Filipenses 1:6, Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. (NBLA)

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