Devocionales

Confesiones de un corazón abrumado

Stephanie Tronson, COMPEL Training Member 15 de marzo de 2021
Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría. Salmo 94:19 (NVI)

Todas hemos hecho esto. Todas hemos llenado una taza con café o té y luego hemos  intentado caminar con mucho cuidado hacia la mesa sin regarlo. Vemos el líquido chapotear mientras amenaza regarse con tan sólo un pequeño golpe.

Esa soy yo durante este año: la taza de café chapoteando entre emociones, siempre al borde de derramar lágrimas.

Un corazón pesado no es infrecuente para la fe cristiana, pero ¿cuál es la diferencia entre sentir profundamente y sentirse profundamente abrumada?

Existen temporadas en las cuales nuestros corazones se sienten llenos. Sobrellevamos la muerte de un ser querido, las pruebas sorprendentes de una mudanza, el diagnóstico de una enfermedad o la espera prolongada de un matrimonio, hijos o ascenso laboral.

Durante estas temporadas, es importante recordar que esas emociones profundas son normales y que muchas personas en Cristo ya las han sentido antes. Piensa en Job después de perder a sus hijos, su casa y su estabilidad económica. O en María quien veía a su hijo dar Su último suspiro en la cruz, incluso Jesús mismo quien fue afligido hasta el “punto de la muerte” (Mateo 26:38, NVI) antes de la cruz. Las personas en Cristo siempre han sentido estas emociones profundas en medio de sus pruebas.

Vemos esta verdad en las palabras del salmista en el Salmo 94:19: “Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría”. En vez de sentirse abrumado en medio de sus luchas y emociones, el escritor de este Salmo invitó a Dios a ser parte de estas emociones con él.

La palabra “consolación” significa “una persona o cosa que provee consuelo a alguien que ha sufrido”. Mientras atravieso por estas emociones profundas estoy aprendiendo que las palabras “me siento abrumada” en mi vocabulario pueden ser poco a poco reemplazadas por una confesión más verdadera: “Padre, no he permitido que tu consuelo desahogue mi alma pesada”.

Sentirse profundamente abrumada puede ser una señal, no de que nuestras pruebas o luchas sean insignificantes o de que nuestras emociones sean demasiado fuertes, si no de que las hemos estado soportando solas. Dios no tiene la intención de que dejemos ir el dolor cuando uno niño muere, que ignoremos el dolor cuando alguien cae en pecado o que nos limpiemos las lágrimas cuando sufrimos, al contrario, Dios quiere estar involucrado en nuestro sufrimiento, y tiene la intención de infundir su consuelo en nuestros corazones apesadumbrados.

Estoy aprendiendo a dejar que mi corazón abrumado sea un camino para confesar mi falta de dependencia en Dios. Cuando mi corazón está lleno y siento que las lágrimas vienen con el mínimo golpe, yo corro al Señor y confieso que he estado cargando todo sola, tal cual como nos enseña 1 de Pedro 5:7, “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.” (NVI)

Como sus hijas, tenemos total libertad de tomar cada carga, ya sea pequeña o grande, y llevarla a sus pies y Él prometió estar con nosotras a través de ello. No sé tú, pero eso hace que mi corazón abrumado se sienta más liviano.

Padre, gracias por ser el “Dios de todo consuelo” (2 de Corintios 1:3). Ha habido momentos donde no he dependido de Ti, tal  como tengo la libertad para hacerlo, momentos en los que no he permitido que tu consuelo libere mi corazón agobiado. Por favor perdóname. Ayúdame a recordar que Tú me ves, me conoces y me amas mejor que nadie y que mi vida y preocupaciones te importan profundamente, en el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Romanos 5:5 “Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado”. (NVI)

Salmo 34:4 “Busqué al SEÑOR, y él me respondió; me libró de todos mis temores”. (NVI)

Isaías 43:2 “Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas”. (NVI)

Recursos Adicionales

Stephanie Tronson es una miembro de COMPEL. Muchos otros escritores han contribuido a un maravilloso recurso llamado De la preocupación a la alabanza, una guía que te ayudará cuando las circunstancias están fuera de control y te preguntas dónde está Dios. Alaba a Dios entregando todo a Él. Este recurso está disponible en español. ¡Obtén tu copia ahora!

Reflexiona y responde

¿Alguna vez has sentido que tus únicas opciones son sentirte insensible o abrumada? ¿Cómo puedes compartir ese temor con Dios hoy?

¿Cuáles son las formas en las que puedes dejar que el Señor entre en tu sufrimiento? Comparte con nosotras en los comentarios.

© 2021 por Stephanie Tronson. Todos los derechos reservados.

Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.

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