Entonces el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, y les dio órdenes para los israelitas y para Faraón, rey de Egipto, a fin de sacar a los israelitas de la tierra de Egipto. Éxodo 6:13 (NBLA)
No sabía si llorar o reír. Las palabras de la enfermera resonaron en mis oídos: «La doctora quiere que te quedes en cama». Me ordenaba permanecer en cama por el bien del hijo que esperaba.
Momentos antes, rápidamente había alistado a mis cuatro hijos, todos menores de seis años. Sabiendo que algo no estaba bien, llamé a mi doctora y ella me aconsejó que fuera a su oficina de inmediato. El ultrasonido reveló el problema: una hemorragia, casi siete veces mayor que una hemorragia normal, ponía en peligro mi vida y la de mi bebé.
Mientras miraba las cuatro caritas sonrientes junto a mí, la realidad de la situación giraba alrededor de mis pensamientos. Vivíamos a miles de kilómetros de nuestra familia. El horario de trabajo de mi marido era rígido y agotador. Y no teníamos muchos amigos cercanos. Estoy segura de que, aunque mi boca estaba abierta, no producía palabras, y ni siquiera recuerdo parpadear. En un momento de disociación miré a la enfermera y dije: «Dios proveerá». Sin embargo, ni yo misma lo creía.
El versículo central de hoy registra lo que Dios dijo a Moisés y Aarón en un momento en que podían haberse preguntado si Dios proveería, “Entonces el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, y les dio órdenes para los israelitas y para Faraón, rey de Egipto, a fin de sacar a los israelitas de la tierra de Egipto.” (Éxodo 6:13)
Esa no fue la única vez que Dios le dijo a Moisés que hiciera esto. Tres capítulos anteriores, cuando Dios llamó por primera vez a Moisés, le dijo, “Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a Mi pueblo, a los israelitas, de Egipto.” (Éxodo 3:10, NBLA)
Pero entre la instrucción de Dios a Moisés en Éxodo 3 y en la de Éxodo 6, habían pasado muchas cosas.
Moisés había obedecido a Dios. Fue a ver al faraón y le pidió dejar salir al pueblo de Dios. Algunos eruditos creen que Israel estaba tan ansioso por su liberación de la esclavitud en Egipto, que pudo haberse reunido como nación en un lugar designado para esperar las buenas noticias de Moisés y Aarón.
Sin embargo, lo que sucedió no era lo que esperaban. En lugar de reconocer la petición de Moisés y decir amablemente «¡Sí, les ayudaré a empacar!», el faraón no sólo no permitió salir al pueblo de Dios, sino que disminuyó sus recursos exigiendo mayor producción. Como resultado, Israel se desalentó. (Éxodo 6:9)
En vista de ese evento devastador el pueblo de Dios abandonó la esperanza de que Moisés los sacaría del cautiverio. Incluso se volvieron contra él, culpándole por su grave situación (Éxodo 5:20-21). Entre la primera instrucción de Dios a Moisés y la instrucción repetida en nuestro versículo clave, todo empeoró.
Parece que los eventos que se desarrollaron hicieron que todos se preguntaran si el plan de Dios había cambiado (Éxodo 5:20-23). Pero la respuesta de Dios siguió siendo la misma. En medio de circunstancias difíciles e inesperadas, el plan de Dios nunca cambió.
Los ocho capítulos siguientes detallan cómo Dios finalmente liberó a Su pueblo de Egipto, tal como Él dijo que lo haría. Es posible que Israel no siempre hubiera podido ver cómo su historia se desarrollaría, pero incluso aunque no pudieran ver, los planes de Dios seguían siendo buenos.
Cuando no podemos ver cómo se está cumpliendo la voluntad de Dios, aún podemos confiar en que Sus planes son buenos. Cuando nuestras circunstancias nos llevan a lugares que no hubiéramos escogido, podemos elegir esperar en la bondad y el amor de Dios.
Durante mis días de reposo en cama, cuestioné el plan de Dios muchas veces. No pude ver el propósito de mis circunstancias, y me preguntaba cómo podría ser algo bueno. Finalmente, después de varios meses de reposo en cama, le dimos la bienvenida a nuestro sano y feliz quinto bebé al mundo.
Si bien no sé todo lo que Dios hizo durante esos días de reposo en cama, sé que me acercó a Él. Me mostró más de Su amor, verdad y fidelidad de lo que yo había conocido, y me llevó a una relación más profunda con Él. Y Él hará lo mismo por ti. En los días en que no comprendas lo que Dios está haciendo, elige confiar en Él de todas maneras, y Él te mostrará Su fidelidad.
Amado Dios, gracias por el regalo de Tu perfecto amor y fidelidad. La próxima vez que enfrente alguna circunstancia que no parezca buena, ayúdame a recordar Tu bondad y encontrar consuelo en Tus planes. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
Salmo 31:7, Me gozaré y me alegraré en tu amor inagotable, porque has visto mis dificultades y te preocupas por la angustia de mi alma. (NTV)
Salmo 143:8, Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma. (NVI)
Recursos Adicionales
Servimos a un Dios que sabe exactamente lo que estamos enfrentando hoy y no se encuentra desprevenido por nuestras circunstancias. La alabanza no se trata solo de cantar, se trata de recordar. En medio de todo esto, queremos ofrecerte algunas formas prácticas de recordar quién es Dios y ayudarte a mantenerte conectada con la Verdad que se encuentra solo en Su Palabra. De la preocupación a la alabanza es un devocional de siete días que te ayudará a:
- Encontrar la paz cuando tengas la tentación de entrar en pánico.
- Luchar contra el miedo cuando está halando tu corazón hacia los peores escenarios.
- Practicar la confianza en Dios en medio de circunstancias inciertas.
¡Descarga tu copia aquí hoy!
Reflexiona y responde
Escribe uno de los versículos de "Verdad para hoy" de este día, o toma una captura de pantalla en tu teléfono. Mantén ese versículo en algún lugar que veas a menudo, y cuando te enfrentes a circunstancias que no hubieras elegido, permite que ese versículo te recuerde la bondad y el amor de Dios. ¡Y comparte con nosotras en los comentarios qué versículo elegiste y dónde lo pondrás!
© 2021 por Katy McCown. Todos los derechos reservados.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.