Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Deuteronomio 6:6-7 (NVI)
Mi primogénito acababa de recibir su permiso de conducir. ¡Ay, ay, ay! Así que ahí estábamos, en un estacionamiento vacío. Le pedí a mi hijo menor que se abrochara el cinturón, ya que su hermano mayor estaba a punto de hacerse cargo del volante. Cuando me di la vuelta, no pude contener la risa. De alguna manera, tenía cada cinturón de seguridad en el asiento trasero atado a él. ¡Qué imagen más perfecta de cómo me sentía en ese momento preciso!
Cada etapa de criar a nuestros hijos es emocionante pero aterradora. No soy una experta en crianza, pero afortunadamente, Dios lo es, y Su Palabra está llena de verdades eternas para ayudarnos a navegar este viaje de crianza. Aquí hay tres acciones bíblicas y prácticas que podemos hacer todos los días para asegurarnos de que estamos criando a nuestros hijos a la manera de Dios:
#1. Orar. Nunca subestimes el poder de la oración. Es la herramienta más poderosa que tenemos. Ora por el presente; ora por el futuro. Nunca es demasiado temprano o demasiado tarde para comenzar a orar por las escuelas, amistades, cónyuges, carreras y ministerios de tus hijos. ¡Sí, dije ministerios! Reserva un día a la semana (o incluso una comida a la semana) para ayunar y orar específicamente por tus hijos.
Filipenses 4:6 nos dice, “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias” (NVI). Y cada situación se refiere a ¡todo! Desde la enseñanza para ir al baño hasta las lecciones de manejo de automóvil, si te preocupa, el corazón de nuestro Padre celestial cariñoso se preocupa también.
Que la oración por nuestros hijos sea nuestro primer recurso y no nuestro último recurso.
#2. Proteger. Nuestros hijos necesitan nuestra protección, no solo de depredadores obvios, sino también de ellos mismos. Proverbios 22:15 dice, “La necedad está ligada al corazón del niño” (NBLA). Incluso los mejores niños, dejados a su suerte y a su propia curiosidad, pueden hacer cosas que normalmente no harían. Necesitan nuestra protección activa en sus vidas de peligros que no reconocerán.
Podemos proteger a nuestros hijos al estar auténticamente presentes, involucradas en lo que nuestros hijos están recibiendo y amorosamente vigilantes para proteger su inocencia. ¡Dios nos dio a nuestros hijos por una razón!
#3. Enseñar. Dos horas de iglesia a la semana no es suficiente tiempo para que nuestros hijos aprendan todo lo que necesitan saber acerca de Dios. Debemos enseñar a nuestros hijos la Palabra de Dios de forma práctica a través de las experiencias de la vida cotidiana.
En Deuteronomio, capítulo 5, Moisés convocó a toda la comunidad israelita. Una vez reunidos, Moisés leyó en voz alta los Diez Mandamientos “a oídos de [ellos]” (Deuteronomio 5:1, NBLA). Él instó a la gente a no solamente obedecer estos mandamientos, sino a pasarlos a la siguiente generación.
Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. (Deuteronomio 6:6-7)
Así que, ya sea que estemos en el automóvil, en casa cenando o diciendo una oración rápida sobre ellos antes de que salgan por la puerta, Dios quiere que aprovechemos cada momento que tenemos con nuestros hijos. Puede que no siempre parezcan estar escuchando, pero podemos confiar en que al obedecer el mandato de Dios en Deuteronomio 6, Él está permitiendo que algo se absorba en sus mentes.
No siempre lo haremos bien, y está bien. Sigue orando, sigue protegiendo, sigue enseñando y sigue confiando en Dios. Él es fiel, “… cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos” (Deuteronomio 7:9b, NTV).
Los niños serán niños… pero los padres deben seguir siendo padres. Así que abróchate el cinturón y disfruta del viaje.
Padre celestial, enséñanos mientras instruimos a la próxima generación. Oro para que Tu Palabra hablada a través de nuestras bocas caiga en buena tierra y recogerá una cosecha de piedad para las generaciones venideras. Como oró el rey Salomón, así oramos nosotras: danos la sabiduría para que guiemos a este gran pueblo. (2 Crónicas 1:10) No podemos hacer esto con nuestras propias fuerzas. Te necesitamos. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Proverbios 22:6, Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo no se apartará de él. (RVA-2015)
¿Hay alguien pequeño en tu vida por quien puedas orar hoy? Puede ser tu hijo, hija, nieto, nieta, sobrina, sobrino o incluso un amigo de la familia. Pregúntale a esta persona por qué necesita oración, luego ora por ellos, ya sea cara a cara, por teléfono o por mensaje de texto. Asegúrate de decirles cuánto Dios los ama y se preocupa por ellos. ¡Y comparte tus pensamientos sobre el devocional de hoy en los comentarios!
© 2021 por Binu Samuel. Todos los derechos reservados.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.