Al oír esto, Jesús se asombró y dijo a quienes lo seguían: —Les aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe. Mateo 8:10 (NVI)
Hace unas semanas recibí una llamada telefónica que cambió drásticamente mi día. En respuesta, envié un mensaje de texto a algunas amigas para que oraran por la situación estresante que me comunicó esa llamada telefónica. Más tarde, me asombré de lo mucho que sentí a Dios obrar en mi vida ese día.
La fe de mis amigas me ayudó a salir adelante.
A veces, al navegar por las redes sociales, me asombro de las cosas que la gente está dispuesta a decir en línea, pero nunca en persona. Si no tenemos cuidado, nuestra fe en los demás puede verse fácilmente sacudida por duras palabras de desconocidos.
Otras veces, me encanta y me asombra algo como un breve vídeo viral de un hombre que retiene el tráfico para que una mamá ganso y sus crías puedan cruzar la carretera. Y mi fe en la humanidad se siente restaurada de nuevo.
Piensa en la última vez que te sentiste asombrada, ya sea positiva o negativamente. ¿Te sentiste desesperada o esperanzada? ¿Cuál fue la evidencia que te hizo sentir así?
En español, la palabra asombro puede tener connotaciones positivas o negativas. En las Escrituras hay dos ejemplos de la forma en que Jesús se asombró por la fe de alguien que estaba frente a Él.
Un ejemplo se encuentra en Marcos 6:1-6. En este pasaje, Jesús se encuentra en Su ciudad natal, Nazaret, pero la Escritura dice que “En efecto, no pudo hacer allí ningún milagro, excepto sanar a unos pocos enfermos al imponerles las manos,” debido a la falta de fe de la gente (Marcos 6:5, NVI). En el versículo 6 dice que Jesús quedó “asombrado” por su falta de fe.
Y luego vemos todo lo contrario en Mateo 8:5-13. Aquí vemos a un centurión suplicando a Jesús que sane a un siervo en su casa. El centurión está lleno de mucha fe y creencia en lo que sabe que Jesús puede hacer. El texto nos dice que el siervo es sanado instantáneamente. Y dice en el versículo 10 que Jesús se “asombró” por la fe de este hombre.
Dos historias muy diferentes de Jesús asombrado por la fe. Una provocada por la duda, la otra por la desesperación.
Aquí está la pregunta difícil.
Cuando Jesús nos mira hoy, ¿cuál es Su asombro ?
Si somos sinceras, creo que muchas de nosotras, incluida yo misma, no podríamos decir que nuestra fe se parece a la del centurión.
A menudo, nuestras propias circunstancias nos hacen sentir escépticas sobre la fe. Cuando creemos y sin embargo no vemos, la duda intenta convencernos de que la fe no es real, al menos no para nosotras.
Pero hoy es un buen día para tomar la decisión de no ser como los nazarenos de Marcos 6. Ese día en Nazaret, muchos se perdieron de experimentar un milagro debido a su falta de fe en Jesús. No quiero estar tan llena de incredulidad que Dios no pueda actuar en mi vida.
A veces, cuando mi fe se siente escéptica, vuelvo a recordar a la última vez que vi a Dios hacer algo que me reveló a mí, o a alguien más, Su fidelidad. Reproduzco en mi memoria esa evidencia de fe una y otra vez.
Y si no podemos ver la evidencia en nuestras propias vidas, siempre podemos ver la evidencia en la Biblia. Hebreos 11 es un capítulo lleno de evidencias de fe de personas que han vivido antes que nosotras.
Amiga, Dios no pide una fe perfecta.
Él nos pide que permanezcamos en el proceso con nuestra fe.
Algunas veces seremos como el centurión, y a veces seremos como las nazarenas de Marcos 6. Pero no importa dónde nos encontremos hoy, Dios está deseando que extendamos nuestra fe de semilla de mostaza hacia Él.
Dios, gracias que la fe no se trata de la perfección. Ayúdame a ver la evidencia de Ti a mi alrededor hoy, en Tu Palabra y en mi vida. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Hebreos 11:1, Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (NBLA)
Piensa en la generación que te precede. ¿Estás experimentando algo en tu vida que es evidencia de la fe de alguien que ya no está aquí en la tierra?
¿Cuál es la manera en que esperas que los demás vean la evidencia de la fe a través de tu vida?
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© 2021 por Nicki Koziarz. Todos los derechos reservados.
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