Su glorioso poder los dotará de una fortaleza a toda prueba para que sean ejemplo de constancia y paciencia... Colosenses 1:11a (BLPH)
Innegable. Cómoda. Predecible.
Todas estas son palabras que anhelo usar para describir mi vida.
Sospecho que también estarías de acuerdo con que estos sean los términos que definen tu vida.
Pero, ¿qué pasa si el consuelo y las certezas que anhelamos hoy son una receta mortal para la complacencia que alejará nuestros corazones de Dios?
Hay muchos ejemplos de esto en la Biblia, pero veamos uno guardado en Jeremías: “»Moab ha estado en reposo desde su juventud. En reposo, como el vino sobre su sedimento. Nunca ha sido trasvasado de una vasija a otra, ni jamás ha estado en cautiverio. Por eso ha retenido su sabor, y no ha variado su aroma” (Jeremías 48:11, RVC).
Superficialmente, puede parecer que la nación de Moab está siendo bendecida.
Están cómodos. La vida parece predecible.
Han estado tranquilos durante mucho tiempo.
No han sabido lo que es ser sorprendido con la guardia baja. Sufrir. Soportar dificultades debido a circunstancias fuera de su control. La vida se siente bien, así que debe ser buena. Sin decepciones. Sin dificultades.
Pero este versículo es muy claro en que este estado no es lo mejor para ellos.
Las personas que se quedan en un lugar complaciente durante demasiado tiempo se corrompen como el vino impuro.
“… el vino sobre su sedimento. Nunca ha sido trasvasado de una vasija a otra …” (v.11) significa que Moab ha estado cómodamente relajado durante tanto tiempo que ha absorbido el aroma de la complacencia. Los enólogos de la época de Jeremías vertían vino de jarra en jarra por dos razones. Primero, para que el vino no absorbiera el sabor del recipiente. Y segundo, para eliminar del vino los residuos o sedimentos que se depositaban en el fondo y evitaban que el vino fuera puro.
Los moabitas se quedaron complacientes. Por lo tanto, su cultura fue saturada de satisfacción aparte del Señor, y su gente estaba llena de impurezas. No sentían necesidad de recurrir a la fortaleza del Señor, así que sus corazones estaban lejos de Él.
Los moabitas fueron seducidos hacia una sensación falsa de seguridad. Sin desafíos y cambios, la gente tiende a distanciarse cada vez más de Dios y a resistirse a Sus caminos.
Mientras tanto, sus vecinos, los israelitas, se vieron obligados a depender de Dios y aprender a sobrevivir al sufrimiento, el cautiverio y la esclavitud. Los israelitas parecen ser los que no fueron "salvados" por Dios de las adversidades. Pero si miramos a través del lente de lo que es mejor a largo plazo, Israel estaba siendo fortalecido por Dios para su bien eventual.
Echar raíces en la complacencia puede parecer cómodo hoy, pero a la larga, nosotras, como los moabitas, podemos sufrir más si nos quedamos fuera del contacto con Dios durante mucho tiempo.
No te equivoques: ser seducida hacia una sensación falsa de seguridad es peor que pasar por el proceso del sufrimiento.
Las Escrituras revelan que el destino final de los moabitas fue ruina completa. (Isaías 16:6-10) Hubiera sido mejor para ellos pasar por la experiencia de los israelitas. Ir de una vasija a otra y experimentar sufrimiento en dosis que los hicieran lo suficientemente fuertes como para soportar el sufrimiento en dosis aún mayores.
A la hora de la verdad, es como hacerse una colonoscopia o una mamografía (ninguna de las cuales es cómoda en el momento) a modo de detectar algo tempranamente, mientras el tratamiento es posible.
Debemos beber a sorbos el sufrimiento de hoy para no tener que ahogarnos en las devastaciones del mañana.
Mientras sufrimos en el momento, ser vertidos en vasijas nuevas puede parecer incómodo, caótico y completamente injusto, pero Dios quiere que sepamos que podemos confiar en Él en medio de eso.
Nos está ayudando a deshacernos del sedimento: la debilidad, el temor, la complacencia y la resignación desesperada de que toda la vida es injusta. Él está alerta, buscando fortalecernos para lo que Él ve venir. Y está cumpliendo la promesa de Colosenses 1:11, que dice: “Su glorioso poder los dotará de una fortaleza a toda prueba para que sean ejemplo de constancia y paciencia”.
Es un proceso que generalmente no se siente bien en el momento, pero Dios nos asegura que será bueno con el tiempo.
Dios Padre, gracias por recordarme que estás más interesado en prepararme que en mantenerme cómoda. Confieso que nada en mí le gusta sufrir, pero sé que puedo confiar en Tu corazón por mí. Sigue moldeando y fortaleciéndome. Sé que la obra que estás haciendo en mí es buena. En el Nombre de Jesús, Amén.
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En épocas de sufrimiento, nos enfrentamos a las preguntas de por qué. Tratamos de encontrar respuestas a las preguntas que parecen no tener respuestas, y sentimos que no hay nada bueno que salga de nuestro sufrimiento. Pero la Palabra de Dios nos recuerda que incluso en medio de nuestro sufrimiento, Él puede ser glorificado si elegimos acercarnos más a Él. En el libro de Lysa TerKeurst y el estudio bíblico en línea, No debería ser así, Lysa te ayudará a abordar y superar pensamientos, dudas e incluso preguntas sobre la vida y el plan divino de Dios. Para ver el estudio bíblico en línea, haz click aquí. Para obtener tu copia de No debería ser así, puedes adquirirla aquí.
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Santiago 1:2-4, Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. (NVI)
¿Has estado atravesando circunstancias que se sienten increíblemente difíciles o terriblemente injustas? ¿Cómo podría Dios estar usando estas cosas para hacer una buena obra en ti? ¡Nos encantaría saber de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.
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