Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio! Salmos 62:8 (NVI)

No me gustó la tarea que recibí. En absoluto.

Sin duda, la orientación espiritual debería venir con una lista de cosas pendientes o una tarea de lectura, pero en cambio, mi consejera me pidió que le prestara atención a mis emociones. Cuando protesté, me dijo amablemente, «Amy, no necesitas un paso de acción o un libro para leer. Tu músculo del “hacer” es muy fuerte, pero tus músculos del “sentir” necesitan algo de entrenamiento».

Aunque fue doloroso escucharla, sabía que tenía razón. He adquirido mucha sabiduría en mi vida a lo largo de los años, pero todavía estoy desarrollando una mayor madurez emocional.

Mi temperamento natural tiende a la positividad, lo cual es un gran don. Sin embargo, nunca me he esforzado en el arduo trabajo de aprender a procesar mis emociones negativas de forma saludable. En cambio, las he pasado por alto, he seguido adelante por la vida, declarando firmemente: «Pensaré en eso mañana».

A decir verdad, esos mecanismos de defensa pueden funcionar bastante bien, hasta que… bueno, hasta que dejan de hacerlo. Entonces el resentimiento se convierte en ira. El dolor es debilitante. La pena nos destroza el alma. El cansancio se torna en una espiral de agotamiento total. Las olas de decepción empiezan a hundirnos. Podemos intentar enterrar nuestras emociones, pero solo saldrán de esas tumbas en peor forma que antes.

El rey David, autor de muchos salmos, comprendió que reprimir nuestras emociones es un problema. Derramarlas delante de Dios es la solución. David dice, Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio! (Salmos 62:8). David sabía que el secreto que necesitaríamos para lidiar con todas nuestras emociones, las buenas, las malas y las feas, es llevarlas a nuestro Dios confiable.

Solo Él tiene la clave para las emociones saludables. Dios es nuestro refugio, nuestro protector y el lugar seguro para todo lo que sentimos.

Lo hermoso es que el Rey David puso en práctica esta verdad. Mientras trataba de aplicar la sabiduría de mi consejera, le pedí a Dios que me guiara. El Señor me llevó a los Salmos, y he estado leyendo y tomando nota de todas las emociones que allí se incluyen. La variedad y los matices son asombrosos. Sólo en los primeros siete capítulos de los Salmos, encontré: enojo, agonía, vergüenza, bienaventuranza, deleite, angustia, decepción, desaliento, deshonra, desilusión, expectación, temor, culpa, odio, gozo, amor, desconfianza, necesidad, paz, reverencia, humillación, tristeza, seguridad, confianza, ira y debilidad.

El uso vívido del lenguaje de David nos muestra que procesó toda la gama de sus emociones, y la de los demás, con Dios. A medida que leo, mi lista crece, y antes de terminar el libro, ¡espero tener al menos una emoción por cada letra del alfabeto! David no se guardó nada, y también nos anima a nosotras, lectoras modernas que necesitan su sabiduría ancestral, a derramar nuestro corazón delante de Dios.

Estoy tomando el regalo que Dios ofrece, un espacio seguro para procesar todo, desde el gozo hasta el dolor, y te invito a venir conmigo. No hay emoción que Dios no pueda manejar, y no hay herida que no pueda sanar. Es sólo compartiendo nuestras emociones con Dios que podemos entrar en una vida emocional saludable. Allí, nuestra alma se toma de la mano con nuestro espíritu y camina hacia el tipo de crecimiento integral que le da gloria a Dios.

Señor, he intentado lidiar con mis propias emociones durante demasiado tiempo. He luchado y me he saturado, pero ahora quiero traer todo delante de Ti. Enséñame a vivir una vida emocionalmente sana guiada por Tu Espíritu. En el Nombre de Jesús, Amén.

RECOMENDAMOS

Amiga, ¿hay un área en tu vida en la que te sientes abrumada por tus emociones? ¿No sabes con quién hablar o a dónde acudir con todo lo que sientes? Todas hemos tenido esos momentos, y es ahí cuando Cristo nos llama a entregarle todas nuestras emociones porque Él cuida de nosotras. Como dice 1 Pedro 5:7, … Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. En un nuevo recurso gratuito en español, Con Dios, somos capaces, queremos brindarte la verdad bíblica sobre cómo saber que Dios puede y te ayudará a caminar a través de todas tus emociones sin procesar, que a veces parecen imposibles de manejar. Haz clic aquí para descargar el pdf.

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PROFUNDICEMOS

Santiago 1:4, Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. (NVI)

Evalúate en una escala del 1 al 10. ¿Qué tan bien manejas las emociones positivas? ¿Qué tan bien manejas las emociones negativas?

¿Cuáles son algunas de las emociones que sabes que necesitas traer delante de Dios? Escribe una oración diciéndole a Dios cómo te sientes hoy. Pídele que sea tu refugio y que te ayude a manejar esas emociones de manera saludable, madura y piadosa.

¡Nos encantaría saber de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2022 por Amy Carroll. Todos los derechos reservados.

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