Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme. Lucas 9:23 (NTV)

A lo largo de los años, he sentido el deseo de convertirme en algo más que una típica cristiana que simplemente mantiene una lista de verificación.

Luché con la pregunta “¿cómo puedo acercarme más a Dios?” No estaba buscando una respuesta de escuela dominical: ve a la iglesia, lee la Biblia, no hables palabras groseras, sé buena, ora. Esas son todas cosas buenas. Cosas que debemos hacer. Pero podemos hacer todo eso y aun así tener el corazón lejos de Dios.

Cuando nuestra relación con Dios se vuelve más una rutina que un avivamiento, algo necesita cambiar. En lugar de hábito, ansiaba conexión, comunión y cercanía con Dios.

No quería simplemente saber de Él o saber acerca de Él, quería conocerlo de verdad.

La Nueva Traducción Viviente pone las palabras de Jesús en Lucas 9:23 así: “Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme”.

Quiero este tipo de búsqueda total con Dios. Pero ¿cómo se ve esto en la cultura actual? Creo que parte de lo que significa es romper viejos hábitos a modo de crear espacio en mi corazón para un crecimiento nuevo. No recurrir a fuentes externas para satisfacer un anhelo interno que solo Dios puede satisfacer. Distraerme con Netflix, las redes sociales y la comida solo puede llevarme hasta cierto punto en un mundo donde verdaderamente la única opción para la paz es Dios, y nada más.

En realidad, Dios desea nuestro sacrificio, que nos alejemos de los caminos egoístas, no para Su beneficio sino para el nuestro.

Por ejemplo, dejé de ver televisión durante una temporada. Me di cuenta de que estaba encendiendo la televisión cuando me sentía más agotada, y cuando me encuentro así, absorbo profundamente todo lo que ingiero. ¿Por qué querría sumergirme profundamente en el entretenimiento de este mundo y no en las cosas que dan vida? Rompí el viejo hábito de ver televisión y creé espacio en mi corazón para el crecimiento nuevo.

Otro ejemplo es mi compromiso de no hacer nada más cada mañana, incluido revisar mi teléfono o navegar por las redes sociales, antes de abrir la Palabra de Dios. Solía despertarme ansiosa por sintonizarme con el mundo. Pronto sería absorbida por responder a ese correo electrónico, leer esa publicación de Instagram y contestar mensajes de texto. Antes de que me diera cuenta, la mitad de mi día se había ido, y no había dejado que Dios preparara mi corazón para nada de ello. Así que rompí el hábito viejo y creé espacio en mi corazón para un nuevo crecimiento.

En otras temporadas, sacrificaba intencionalmente azúcar y alimentos procesados que se convierten en azúcar una vez consumidos. Sí, quería mantener mi pérdida de peso. Pero el viaje era mucho más que solamente eso. Realmente se trataba de aprender a decirme «no» a mí misma y aprender a tomar decisiones más sabias diariamente. Y de alguna manera, el convertirme en una mujer de autodisciplina honra a Dios y me ayuda a vivir la característica piadosa del dominio propio. Renunciar al azúcar fue difícil al principio, realmente difícil, como llorar lágrimas de cocodrilo desconsoladamente. Pero rompí el viejo hábito y creé espacio en mi corazón para el crecimiento.

¿Estoy diciendo que todas mis amigas aquí deben hacer lo mismo? ¿No más televisión? ¿No revisar tu teléfono a primera hora de la mañana? ¿Cero azúcar? No. Estas no son cosas que creo que todas necesitan hacer. Eran prácticas personales basadas en dónde me encontraba y dónde sentía que Dios quería que estuviera. No te estoy pidiendo que me sigas; te estoy diciendo que sigas a Dios de todo corazón. Pregúntale. Búscalo. Haz lo que Él te diga.

Y si bien, puede parecer mucho pedir el renunciar y sacrificar cosas para seguir a Jesús... pues, amiga, sé que la experiencia de cercanía con Dios es diferente a cualquier otra cosa y vale la pena cada vez.

Es el tipo de cercanía que nos ayudará cuando nos despertemos en medio de la noche, llenas de incertidumbres y miedos.

Es el tipo de cercanía que me recuerda que estaré bien, incluso cuando no estoy segura de que lo estaré.

Es el tipo de cercanía que me consuela con sabiduría y verdad cuando no puedo ver más allá de lo que tengo al frente.

Dios no quiere castigarnos haciendo que nos alejemos de lo que anhelamos. Él quiere que reemplacemos lo que estamos anhelando con Él mismo. Rompe el viejo hábito y crea espacio en tu corazón para el nuevo crecimiento y cercanía.

Querido Señor, me doy cuenta de que no me necesitas. Yo te necesito. Pero no suelo vivir cada día entendiendo esto. Con demasiada frecuencia, sigo adelante y lucho contra mis problemas sin Ti. Quiero acercarme más a Ti, vivir cada día Contigo. Ayúdame a recordar que nunca me dejarás. Gracias por amarme. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Lucas 9:24, Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. (NVI)

Cuando consideras lo que te distrae de encontrar la cercanía con el Señor que anhelas tan desesperadamente, ¿qué te viene a la mente? Tómate un tiempo hoy y escribe estas cosas; luego pídele al Señor que te ayude a renunciar a esa lista y hacer cambios.

¡Nos encantaría saber de ti! Comparte con nosotras tus pensamientos en los comentarios.

© 2022 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.

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