Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna. Hebreos 4:16 (NBLA)

Ha sido un golpe de mal tiempo últimamente. Desolación por todos lados. Afuera, el cielo amarillo está cubierto de nubes grises. El agua cae a golpes, haciendo charcos en el pavimento y la tierra.

Mi propio cuerpo, mente y alma se sienten de forma muy parecida: gris, frágil, empapada.

Después de una temporada en donde el COVID-19 y los problemas de salud de mi familia me han dejado luchando contra la fatiga y la ansiedad, cada día parece disolverse en el siguiente sin ninguna diferencia. Estoy agotada y me pregunto dónde está mi Dios en este momento.

Siento como si estuviera luchando por hallar respuestas, clamando por sanidad inmediata que no llega.

¿Dónde encuentro una salida cuando siento que estoy a punto de quebrantarme?

Elevo una oración al cielo, esperando que llegue.

Luego, esa tarde, obtengo una respuesta:

Gracia para el día de hoy.

Estas palabras vienen a mi corazón, inesperadas en medio de mis quehaceres y las distracciones de mi mente acelerada. Me enfoco en el aquí y ahora.

Gracia para el día de hoy.

Me hace recordar cómo el pueblo de Dios, cuando estaba deambulando en el desierto, despertaba cada mañana para juntar maná, pan del cielo que Dios proveía milagrosamente, “diariamente la porción de cada día” (Éxodo 16:4, RVA-2015).

Miro alrededor y veo que Él ya me ha dado una dosis de gracia: las cintas de color rosa y morado ahora entrelazados con el azul en el cielo de un día que se desvanece; la vela de olor a madera encencida en mi mesa, la llama vacilante, pero constante. El momento milagroso de quietud que trae paz a mi alma cansada. Aquí está mi maná.

Todas nosotras podemos recibir este maná de gracia que llega por la mañana, al mediodía y al anochecer.

Cuando no podemos pensar más allá del día de hoy, o cuando nos agotamos en los detalles agitados del por qué, cuándo, cómo y qué de querer saber lo que está por venir, tenemos un trono de gracia al que nos está permitido comparecer. Ahí, un Dios bueno y lleno de misericordia da la cantidad justa de gracia en nuestro momento de necesidad.

Es posible que no entendamos lo que está sucediendo en nuestras vidas en este momento, y puede que deseemos como locas que haya una forma de ver el futuro. Pero podemos confiar en los caminos y tiempos de Dios, sabiendo que Él nos da nuestro pan de cada día, y Él promete ayudarnos en nuestro momento de necesidad.

El “cómo” depende de Él, pero podemos estirar nuestras manos para recibir Su presencia, este maná en nuestro desierto.

Él ha creado caminos en el pasado. Podemos aferrarnos a Sus promesas incluso cuando no podemos verlo obrar, cuando nos sentimos cansadas y nada en nuestra situación parece cambiar. Él está trabajando. Él está aquí, proveyendo, acercándonos hacia Él.

Lo que está por venir no ha sido revelado, pero Él nos da lo que necesitamos, y ¡ay! como lo necesitamos en este momento.

Nada está fuera del alcance de Dios, y Él, en Su infinito amor y sabiduría, nos sostiene en Sus brazos, manteniéndonos dependientes de Él, para que no tengamos que sentirnos agobiadas por el mañana.

Aquí descansamos en Su gracia para el día de hoy.

Padre, Tú sabes lo mucho que anhelo tener respuestas y una solución inmediata a mi situación. En este momento, no estás revelándome lo que está por venir, pero me estás dando exactamente lo que Tú tienes planeado para mí ahora, Tu maná para sustentarme, Tu gracia para hoy. Déjame descansar en esta gracia y misericordia, y que eso sea suficiente. En el Nombre de Jesús, Amén.

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En Proverbs 31 Ministries, creemos que cuando las mujeres conocen la Verdad y viven la Verdad, todo cambia. Hemos escuchado las voces que piden contenido en español y creemos firmemente que el Señor traerá a las personas correctas a nuestro equipo mientras enseñamos a las mujeres a alinear sus vidas a la Verdad de la Palabra de Dios.

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PROFUNDICEMOS

2 Corintios 12:9, Y Él me ha dicho: «Te basta Mi gracia, pues Mi  poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. (NBLA)

¿De qué manera la gracia de Dios es suficiente para ti cuando estás lastimada o confundida?

Haz una lista de las formas en las que Dios te ha sido fiel en el pasado, y luego escribe una promesa que Él hace en la Biblia a la que te puedas aferrar hoy para superar tu situación actual.

¡Nos encantaría escuchar de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2022 por Sarah Freymuth. Todos los derechos reservados.

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