En cambio, los que confían en el SEÑOR encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán. Isaías 40:31 (NTV)

Tan pronto terminé una reunión de Zoom, salí de la casa corriendo, con la idea de comprar en la tienda Target un regalo para llevar a mi cita del almuerzo.

Al entrar apresurada a la tienda, recibí una llamada de mi trabajadora social. Quería hablar sobre algunas preocupaciones con respecto a nuestro hijo adoptivo. Hablé con ella mientras obtuve rápidamente lo que necesitaba y luego ingresé la dirección del restaurante en mi teléfono.

El tiempo estimado de llegada calculado por mi GPS reveló que iba a llegar tarde, y odio llegar tarde. Mientras pensaba en mi hijo adoptivo y lo atrasada que iba a mi cita, logré encontrar estacionamiento, pero luego me di cuenta que debía pagar el parqueadero a través de una aplicación en mi celular. ¿Qué pasó con los parquímetros buenos de antaño donde simplemente se depositaban monedas?

Logré todo rápidamente, salí del automóvil y caminé hacia el restaurante. Entonces me di cuenta que no tenía la mascarilla. No podría entrar al restaurante sin tener la protección de la mascarilla, pues era mandatorio hacerlo durante el Covid-19.

Al regresar al auto y no encontrar las llaves en mi bolsillo, miré por la ventana y ahí las vi, en el asiento del pasajero.

Mi esposo me trajo una llave de repuesto; finalmente llegué a casa más tarde, agotada física, emocional y mentalmente.

Apuesto a que tú también has tenido días como este, tal vez incluso semanas o meses de agotamiento. En estas situaciones, anhelo mis comodidades favoritas: mirar la televisión, comer helado o navegar por las redes sociales para distraerme de la fatiga y la frustración. Ninguna de estas cosas es inherentemente pecaminosa, pero me pregunto cómo se ve afectada mi alma cuando tengo el hábito de consolarme con métodos de escape que no son necesariamente saludables.

Un profeta del Antiguo Testamento llamado Isaías abordó la necesidad de apartarse de las comodidades falsas para recibir el consuelo genuino de Dios. La audiencia original del mensaje de Isaías había tratado de rebajar a Dios a su nivel pensando en Él como agotado u olvidadizo. También podemos estar en peligro de reducir a nuestro magnífico Dios a nuestras fragilidades humanas. Muchas de nosotras podemos relacionarnos con la duda de si Dios ve o interviene durante nuestros momentos de cansancio, o incluso en momentos más significativos de angustia cuando lamentamos pérdidas, experimentamos traición o enfrentamos circunstancias difíciles.

Isaías usó estas preguntas para recordarle a Israel el carácter de Dios: “¿Acaso nunca han oído? ¿Nunca han entendido?” (Isaías 40:28a-b, NTV). En esencia, estaba diciendo: «¿Acaso no sabes quién es realmente tu Dios?» Dios es el Creador eterno de toda la tierra. Él no se cansa como nosotras, y la profundidad de Su entendimiento no se puede medir.

Isaías termina el capítulo 40 con este estímulo: “En cambio, los que confían en el SEÑOR encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán” (Isaías 40:31).

Algunas traducciones de la Biblia usan la palabra “esperar”, mientras que otras usan “confiar" para describir a aquellos que encontrarán nuevas fuerzas. Si estamos confiando, esperanzadas y esperando en el Señor, nuestras comodidades falsas pierden su brillo.

Isaías argumenta que no es un deber sino un deleite experimentar el consuelo de Dios. No quiero simplemente acabar con mis hábitos malos, obligándome a dejar de ver televisión o de comer helado, sino ampliar mi visión del Señor para que profundice mi fe. Así es como pasamos de la modificación del comportamiento a nivel superficial a la transformación a nivel del corazón.

Cuando tengas un día o una temporada agotadora, oro para que confíes en el Señor para renovar tus fuerzas en lugar de buscar controles remotos o refrigerios. Nuestras comodidades pueden proporcionar una distracción temporal, pero no restaurarán nuestras almas. Dios sabe todo acerca de reuniones largas, llamadas telefónicas inesperadas, llaves encerradas en los autos y las pérdidas y frustraciones más significativas que te llevan al agotamiento. Él te llama a confiar en Él por el poder y la fuerza que nunca encontrarás en las comodidades falsas.

Señor, Tú eres el Dios eterno, el Creador del cielo y de la tierra. Estoy tan contenta de que nunca te canses de mi constante necesidad de Tu fuerza. Me frustro y me canso a menudo, y te necesito. Ayúdame a recordar cuán grande eres, especialmente en mis momentos de fatiga cuando pienso que las distracciones temporales son la respuesta. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Isaias 40:10-11, Sí, el SEÑOR Soberano viene con poder y reinará con brazo poderoso. Miren, él trae consigo su recompensa. Alimentará su rebaño como un pastor; llevará en sus brazos los corderos y los mantendrá cerca de su corazón. Guiará con delicadeza a las ovejas con crías. (NTV)

El Señor se revela a Sí mismo como teniendo un brazo poderoso para gobernar, pero usando ese mismo brazo para cargar a Sus corderos cerca de Su corazón. Al considerar tus propias temporadas de agotamiento, ¿en qué manera has experimentado el consuelo de Dios?

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© 2022 por Melissa Spoelstra. Todos los derechos reservados.

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