Tiemblan la tierra y todos sus moradores, Pero Yo sostengo sus columnas. Salmos 75:3 (NBLA)

Ha sido un tiempo de altibajos para mi familia: mi sobrino de 2 meses se encuentra hospitalizado por una meningitis bacteriana.

Su cuerpecito pequeño enrojecido por la fiebre. Un edema cerebral, en la base junto a su médula espinal. Un catéter PICC para mejorar la administración de los antibióticos y no manipular sus venitas.

Los días son largos, lentos e inciertos. No tenemos respuesta a la mayoría de nuestras preguntas, solo oraciones y posibilidades, y me siento impotente de no poder lograr que mejore su cuerpo.

A veces, esperar es una tortura. Oro de todas las formas que conozco, y todavía no puedo sentir la presencia de Dios en esta situación. Mentalmente, sé que Él está aquí, pero ese conocimiento no ha penetrado completamente mi corazón. Mi corazón… mi corazón está sobre terreno inestable, buscando una superficie firme.

¿A qué nos aferramos en tiempos como estos?

Al no tener una superficie sólida bajo nuestros pies, permanecemos en la Palabra de Dios, cimentando nuestra fe en quién es Él y en las columnas de Su protección.

• Dios es, más que todo, amoroso. Nuestro Abba nos ama con un amor intenso, sensible y desinteresado, que se extiende desde un extremo de la cruz hasta el otro. Su cuidado es tierno, y Su ternura es inmensa. Su amor es puro.

El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor (1 Juan 4:8, NVI).

• Dios es fiel. Sus ojos nunca se desvían; Su corazón permanece fijado en nosotras, y nos mantiene tiernamente cerca de Él con una fidelidad constante. Desde el principio, Dios hizo y ha mantenido Su promesa de nunca dejarnos ni abandonarnos. Dios tiene en mente nuestro bienestar, y no hay nada que pueda separarnos de Él.

Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa (Hebreos 10:23, NVI).

• Dios está en control. Este mundo loco puede girar fuera de su eje, pero girará directamente a Sus manos competentes. Nuestro Dios sostiene las columnas del universo en Sus manos — ¿cuánto más se interesará por nosotras? Cuando la oscuridad parece no desaparecer y la noche se alarga, Dios está ahí, imperturbable.

Tiemblan la tierra y todos sus moradores, Pero Yo sostengo sus columnas. (Salmos 75:3).

• Dios determina nuestros pasos. A medida que caminamos por el sendero de la vida, puede volverse irregular y salpicado de gravilla suelta, pero nuestro Dios nos guía a través de espacios estrechos y difíciles. Hay paz al saber que Él es nuestro compañero de viaje, que va a lado nuestro, sosteniendo nuestra mano y no dejándonos caminar solas.

El SEÑOR te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan (Isaías 58:11, NVI)

Todavía no conozco qué pasará con mi sobrino, pero sé que aquel futuro llegará. Y cada aliento de oración es otro cimiento puesto al pie de la cruz, donde el mismo Jesús exhaló al Padre por todas nosotras. El que afirma las columnas nos sostiene a nosotras. A Él podemos confiarle nuestros corazones, temores y todo lo desconocido. Él es Aquel llamado fiel y verdadero.

Como dice el himno antiguo: “Sobre la Roca firme estoy Y sólo en Cristo fuerte soy”. No existe un lugar más seguro.

Padre Dios, Tú eres mi Roca sólida cuando todo bajo mis pies se tambalea. Tú eres quien me afirma y me llenas de Tu presencia y paz. Te ruego que aumentes mi fe y confianza en Ti mientras afronto las pruebas que intentan derrotarme. Tu eres fiel. En el Nombre de Jesús. Amén.

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PROFUNDICEMOS

Mateo 7:24-25, Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. (NVI)

Salmos 40:1-2, Esperé pacientemente al SEÑOR, Y Él se inclinó a mí y oyó mi clamor. Me sacó del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso; Asentó mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos. (NBLA)

¿Cuál ha sido tu terreno inestable? ¿Cómo has visto a Dios adentrarse contigo?

Empieza a nombrar las formas en que Dios ha sido fiel contigo en el pasado, y deja que eso te recuerde cómo sigue siendo fiel ahora. ¡Y comparte algunas de esas formas en los comentarios!

© 2022 por Sarah Freymuth. Todos los derechos reservados.

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