Devocionales

¿Cómo seguimos adelante cuando nuestra situación parece imposible?

Lysa TerKeurst 11 de agosto de 2022
«Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, Ni sus caminos son Mis caminos», declara el SEÑOR. «Porque como los cielos son más altos que la tierra, Así Mis caminos son más altos que sus caminos, Y Mis pensamientos más que sus pensamientos. Isaías 55:8-9 (NBLA)

Soy una planificadora. Me agrada resolver problemas. Así que cuando traigo mis luchas al Señor en oración, también tiendo a traer mis ideas cuidadosamente pensadas y sugerencias entre las que Él puede elegir.

Esto es lo que creo que funcionará, Señor. Sólo necesito que apruebes una de estas opciones, ¿de acuerdo?

Pero cuanto más camino con Él, más descubro que esa no es la forma en que Dios obra. ¿Sus caminos? No son nuestros caminos. (Isaías 55:8-9)

Hoy quiero presentarte a un amigo del Antiguo Testamento que tiene algo que enseñarnos sobre los caminos de Dios: Josué.

En el sexto capítulo del libro de Josué, encontramos a Josué y a los israelitas experimentando un problema de proporciones épicas. Había un muro enorme que les impedía avanzar hacia su tierra prometida. Estoy segura de que no faltaron ideas y opiniones sobre cómo debían abordar el muro, pero Dios no le pidió su opinión a nadie. Ni siquiera a Josué, el líder de Israel.

En cambio, Dios pidió la obediencia completa e inquebrantable de Su pueblo. Obediencia frente a un plan de batalla que no tendría sentido para sus mentes racionales. Un plan que en realidad no implicaba una "batalla" en lo absoluto.

Todo lo que Dios quería que hicieran era marchar. Durante seis días seguidos debían marchar alrededor de los muros de Jericó. Luego, el séptimo día, debían terminar con toques de trompetas y un gran grito. Dios declaró que este sonido poderoso derribaría los muros. (Josué 6:5)

Lo que más me conmueve del papel de los israelitas en esta historia no es tanto su disposición a dar ese primer paso de obediencia. Es cómo siguieron dando pasos de obediencia. Paso tras paso, tras paso. A pesar de que nada parecía cambiar... a pesar de que no había ni una sola señal de agrietamiento o desmoronamiento en esos enormes muros… siguieron marchando.

¿Y si se hubieran detenido después del segundo día? ¿O después del tercer día? ¿O incluso el sexto día?

Piensa en todo lo que se habrían perdido. Se habrían privado de una victoria segura de Dios.

No digo nada de esto a la ligera, como si fuera fácil seguir obedeciendo las instrucciones de Dios cuando no hay evidencia de que nuestra situación cambie. Es difícil continuar la marcha cuando no vemos que Dios no está obrando de la manera que pensamos que lo haría. A veces es difícil confiar en que Él está trabajando entre bastidores.

Entonces, ¿qué hacemos cuando Él nos pide que nos hagamos cosas que no tienen sentido para nosotras? ¿Cómo seguimos “marchando” cuando la situación aún parece imposible?

Tomamos la misma decisión que los israelitas. Elegimos caminar por fe, no por vista (2 Corintios 5:7). Le tomamos la palabra a Dios y nos aferramos a Sus promesas (Hebreos 10:23).

Dios le había prometido a Josué que entregaría a Jericó, a su rey y a su ejército en manos de Israel (Josué 6:2). Y eso fue exactamente lo que hizo.

La victoria del pueblo de Dios nunca dependió de su habilidad ni de ninguno de sus planes cuidadosamente pensados. Dependió únicamente de su obediencia inquebrantable ofrecida a un Dios amoroso y poderoso.

No sé qué pasos de obediencia te está llamando Dios a dar en este momento que no tienen sentido para ti. Pero permíteme ser el susurro suave en tu oído, animándote a seguir adelante. A seguir confiando. A seguir dando paso tras paso en obediencia.

No tenemos que entender el “porqué” de los caminos de Dios. Pero sí tenemos que seguir eligiéndolos.

No nos detengamos antes de obtener nuestra victoria con Dios. Él está obrando en cada situación. Él está presente. Su plan sigue siendo bueno y todavía podemos confiar en Él. Estas son certezas incluso cuando la vida se siente tan incierta.

Señor, confieso que a veces mi corazón se desanima cuando no veo resultados inmediatos a mis pasos de obediencia. Gracias por recordarme que el hecho de que no Te vea obrar no significa que no lo estás haciendo. Por favor, ayúdame a medida que camino por fe, no por vista. Día tras día. Paso tras paso. En el Nombre de Jesús, Amén.

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¿Te sientes sin esperanza porque piensas que no hay nada que puedas hacer al respecto? Todas podemos identificarnos con estos momentos, pero debemos recordarnos que cuando nada parece estar funcionando, podemos recurrir a la Palabra de Dios. Si te encuentras cansada en este momento, queremos ayudarte a seguir adelante. Descarga nuestro recurso gratuito, Cuando parece que nada funciona: oraciones para los momentos difíciles para ayudarte a orar a través de las Escrituras cuando parece imposible encontrar las palabras correctas.

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PROFUNDICEMOS

Proverbios 3:5-6, Confía en el SEÑOR con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas. (RVA-2015)

¿En qué áreas de tu vida has dudado en obedecer a Dios? ¿Qué pasos de obediencia necesitas dar aunque te sientas desalentada?

Pídele a una amiga cercana que ore por ti mientras decides seguir adelante, un paso lleno de fe a la vez. ¡Y comparte tus pensamientos con nosotras en los comentarios!

© 2022 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.


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