Se produjo un desacuerdo tan grande que se separaron el uno del otro. Hechos 15:39a (NBLA)
Estoy programada para querer que todas mis relaciones sean duraderas.
Incluso en la vida cotidiana, no me gusta tener que despedirme de la gente. A menudo, cuando viajo para dar conferencias, el momento menos anticipado es tener que despedirme de la mujer que me ha hospedado durante el fin de semana. Por lo general, siento que he hecho una nueva amistad y, de repente, tengo que irme.
Descubrí que se siente demasiado frío decir “adiós” rápidamente y fin. Así que se me ocurrió una nueva frase de despedida cuando llegamos al aeropuerto para tomar mi vuelo de regreso. Le doy un abrazo a mi anfitriona y le digo: «No digamos “adiós”… mejor digamos “esto continuará”». Para mí, el decir eso se siente mucho mejor.
Pero luego hay otras despedidas que he tenido que enfrentar en mi vida que son permanentes. Estos finales fueron tan dolorosos que todavía siento el dolor de la tristeza incluso años después. La persona que amaba no murió, pero la relación sí.
Tal vez puedas identificarte totalmente porque has tenido que despedirte de una relación importante en tu vida. O tal vez has tenido amistades que simplemente se distanciaron con el tiempo y nunca obtuviste un cierre emocional. O tal vez, en este momento, estás luchando con una relación que no estás segura de que sea sostenible. Sea como sea, en algún momento en nuestras vidas tendremos que afrontar unas despedidas duras y desgarradoras.
A veces, estas despedidas se deben a que una persona hizo algo que provocó que la reconciliación ya no fuera posible o segura.
Pero otras veces, las despedidas no se deben a que se haya hecho algo malo, sino porque dos personas están divididas por un tema importante o una gran diferencia de opinión.
¿La Biblia aborda este tema? ¿Hay ejemplos de las Escrituras que me pueden ayudar a saber cómo navegar mejor las despedidas como estas? La respuesta es sí.
En Hechos 15:36-41, encontramos que Pablo y Bernabé toman caminos distintos. La situación entre Pablo y Bernabé se complica porque involucra una diferencia de opinión sobre un primo de Bernabé. Bernabé quería llevar a su primo Juan Marcos con él en un viaje misionero con Pablo. Sin embargo, Pablo tuvo una mala experiencia en la que Juan Marcos los abandonó en un viaje anterior; por lo que, Pablo no quería volver a pasar por eso. En cierto modo, Pablo estaba estableciendo un límite y parece que tenía una buena razón para hacerlo. Pero al mismo tiempo, Bernabé tenía la convicción de mantener a su primo con él y darle una segunda oportunidad, lo cual también es comprensible.
La situación era más que una simple diferencia de opinión. En nuestro versículo clave de hoy, leemos que esto fue un “desacuerdo tan grande” (Hechos 15:39a). Estas palabras son importantes y significan que hubo una respuesta emocional cargada por ambos lados.
Sin embargo, este desacuerdo, que terminó en un adiós entre Pablo y Bernabé, no significó que cualquiera de los dos fuera una mala persona. Todo lo contrario, ambos tuvieron límites, y cuando se aferraron a sus límites, se hizo evidente la necesidad de una separación.
Cuando vemos cómo Lucas, el autor del libro de los Hechos, presenta este desacuerdo, no podemos colocar una etiqueta de “correcto” o “incorrecto” en ninguno de estos dos hombres. Ambos son elogiados, ambos tenían razones para separarse que tenían sentido y los dos actuaron por convicción personal sobre los límites que debían establecer. Este es un ejemplo tan importante para contemplar porque ambos hombres amaban al Señor… amaban a las personas… y tenían el deseo de hacer lo correcto.
Pero aun así, tuvieron que separarse.
Ahora, el resultado final es lo que veo como una lección importante para todas nosotras: no hay evidencia de que ninguno de ellos haya criticado o calumniado al otro por la elección que hizo. Y no hay evidencia de que ninguno de ellos haya tratado de desacreditar al otro en el ministerio.
Como resultado, su adiós permitió que el evangelio se propagara en dos direcciones diferentes e incluso llegará más lejos que si hubieran permanecido juntos.
Aunque este fue un adiós entre Pablo, Bernabé y Juan Marcos, no fue el final de la historia. Años más tarde, cuando Pablo le escribió a Timoteo en 2 Timoteo 4:11, pidió que le trajeran a Juan Marcos porque Juan Marcos le era “útil para el ministerio” (NBLA). Aunque tuvieron una temporada difícil, todavía tenían respeto el uno por el otro y finalmente se reconciliaron. El hecho de que Pablo dijera que Juan Marcos le era útil para en el ministerio indica que Pablo llegó a verlo de una manera diferente.
Esta es la belleza de los buenos límites y las despedidas... cuando se hacen de manera adecuada, dan a las relaciones el espacio necesario para sanar y posiblemente mejorar con el tiempo. Sé que esto no siempre es posible, pero en algunos casos los límites y las despedidas ayudan a evitar la destrucción total de una relación.
Querida amiga, no sé cómo esto resuena contigo personalmente hoy. Sé que no todas las despedidas terminan de forma pacífica. Mi corazón es sensible a eso. Tuve que hacer las paces con el hecho de que no existe una fórmula para calcular en qué acabarán algunas relaciones. Habrán algunas relaciones renovadas. Habrán algunas pausas temporales. Y habrán algunas despedidas definitivas. Pero, ¿qué es consistente con cada uno de estos escenarios? El dolor. Y el dolor perfora el corazón.
Todo esto puede ser increíblemente confuso y, a veces, devastador. Y si ahí es donde estás ahora mismo, no estás sola.
Con la ayuda de Dios, incluso mientras luchamos con lágrimas en los ojos, podemos encontrar el camino a seguir. Creo que Jesús está obrando en mí y en ti y que Él está sanando nuestros corazones a través de todo esto. Incluso cuando la reconciliación no es posible, siempre existe la posibilidad de la redención con Dios. Así que hoy, abre tus manos y entrega esa relación que te duele. Suéltala a Jesús. Y consuélate con las palabras de Isaías 61:1, que dice que el Mesías vino a sanar tu corazón quebrantado.
Dios, Tú eres mi refugio y lugar seguro. Gracias por estar tan cerca de mí en tiempos difíciles. Mi mirada está puesta en Ti y elijo creer que hoy puedo dar algunos pasos hacía adelante. Sé que puedes traer un bien eventual en todas las cosas, y hoy confío en que definitivamente lo harás. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Romanos 8:28, Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. (NVI)
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