«Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Mateo 11:28 (NTV)

Siempre he sido buena para orar. Por lo menos eso es lo que pensaba.

Mi papá se fue cuando yo tenía 7 años. Siempre he mirado a Dios como mi Padre, mi Proveedor. No me daba cuenta de que Dios quiere ser más que solo mi Proveedor; Dios anhela ser el confidente de mi alma. En lo profundo donde me siento sola, donde lucho por recibir y apartar tiempo para mí, Dios quiere que respire y descanse como Su amada.

A pesar de que había logrado mucho, mi alma todavía se sentía ansiosa. No había creado un espacio para lo que realmente anhelaba: la paz y el gozo. No alimenté mi alma con Dios. Me resultó más fácil cuidar de los demás y hacer las cosas para Dios, en lugar de ser vulnerable con mis propias necesidades.

Pero Dios comenzó a mostrarme que la oración es una conversación íntima del alma, una forma de ser amada y conocida, en lugar de una transacción espiritual para mejorar.

La oración toca la parte de mí que está incierta, llena de preguntas y dudas. Es por eso que orar puede resultar difícil. Y cuando no sabía cómo orar, me sentía avergonzada. Pero Jesús entiende y susurra, «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso (Mateo 11:28).

¿Anhelas liberarte de la ansiedad, el estrés y la preocupación? A veces, se requiere más fe para decirle a Dios que no sabemos cómo orar, que seguir orando como estamos acostumbradas.

Así es como comencé a descubrir el descanso de Dios más profundamente: al inhalar poderosas escrituras que afirman el amor de Dios y exhalar el estrés usando el cuidado del alma. Lo hice incorporando maneras prácticas de restaurar la paz y la presencia de Dios en mis emociones y mi cuerpo. Empecé a aprender a amarme a mí misma como Dios me ama.

Tal vez te estés preguntando: ¿cómo puedo acercarme a Dios y cuidarme mejor cuando estoy tan estresada? Esta era mi pregunta también. Comencé a buscar respuestas y, para mi deleite, Dios me ayudó a descubrir maneras poderosas de reducir el estrés con escrituras edificantes, hábitos simples para el cuidado del alma para generar gozo y orar oraciones tranquilizadoras.

Aquí les comparto tres lecciones que aprendí:

1. Cuando no tengas palabras para orar, simplemente descansa sabiendo que Jesús está orando por ti. Nada puede separarte del amor de Dios. Ni siquiera tu inquietud. Él nunca se cansará de ti. A veces, la oración más grande que podemos experimentar es la completa comprensión y compasión de Dios. Su presencia. “Entonces, ¿quién nos condenará? Nadie, porque Cristo Jesús … intercede por nosotros” (Romanos 8:34, NTV).

2. Cuando estás demasiado estresada para orar, invita a Jesús a tu mundo; considera llevar un diario. En lugar de luchar para llegar a Jesús, invita a Jesús a tu mundo, tal vez a través de un diario. La investigación muestra que el poder de escribir tu historia personal elimina la depresión y mejora la felicidad. ¡Incluso 15 minutos pueden tener buenos resultados!

Dios puede usar muchas cosas para hablar a nuestras vidas, incluso escribir un diario. Cuando escribimos nuestras historias con Dios, le damos espacio para volver a escribir nuestras historias. ¿Acaso no tienes momentos de “ajá” mientras escribes? Dios no se limita a la palabra escrita, pero a través de un diario, incluso podemos descubrir cómo nuestras historias son parte de la historia de redención que Dios ha escrito en Sus Escrituras: “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz … Penetra hasta la división del alma y del espíritu…” (Hebreos 4:12, NBLA).

3. Cuando estás demasiado agotada para orar, cuídate. ¿Conoces la historia de Elías en las Escrituras? Hizo todo bien; incluso derrotó a los profetas de Baal, un dios falso. Sin embargo, sus problemas empeoraron. El estrés quebrantó el espíritu de Elías. Desesperado, Elías se despertó y encontró agua para beber y pan fresco horneado sobre piedras calientes, lo cual Dios dejó justo para él. No solo eso, sino que Dios envió un ángel para tocarlo, dos veces (1 Reyes 19:5-8). Dios sabía que Elías necesitaba rejuvenecimiento físico primero para poder escuchar Su voz susurrando en una brisa apacible (1 Reyes 19:12).

Consejo para el cuidado del alma: deja que Dios te ame. ¿Necesitas dormir, comer algo rico y saludable, el toque reconfortante de una amiga, seguridad emocional o descanso físico? Priorizar tu bienestar puede parecer egoísta, pero la Palabra de Dios dice que consolamos a los demás ”dándoles el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios“ (2 Corintios 1:3-4, NBLA).

Vale la pena amarte. Toma un día a la vez. Dios proveerá. Sólo respira.

Querido Jesús, te necesito. Trae paz a mi corazón mientras entrego mis preocupaciones a Ti y simplemente descanso en Tus brazos de amor. Gracias por amarme. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

1 Reyes 19:7b, «Levántate, come, porque es muy largo el camino para ti». (NBLA)

1 Pedro 5:7, Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes. (NVI)

¿Qué te ayuda a sentir la paz de Dios cuando estás demasiado estresada para orar? ¡Déjanos saber en los comentarios!

© 2022 por Bonnie Gray. Todos los derechos reservados.

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