Devocionales

Las “cosas del estante inferior” podrían ser lo más importantes de todo

Jennifer Dukes Lee 9 de diciembre de 2022
¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones. Mateo 10:29-31 (NVI)

Cuando era una niña pequeña, estaba enamorada del gallo colorido de cerámica que reposaba sobre el estante inferior de la cocina de la abuela. El gallo tenía el tamaño de unos dos puños de altura y sujetaba cucharas de medir que reposaban en la parte posterior como si fueran plumas.

Para mí, era un objeto hermoso. También era rompible. Sin embargo, la abuela siempre me decía que «sí» cuando le pedía sujetarlo. Yo tomaba el gallo del estante inferior, sacaba cada una de las cucharas de medir y luego las volvía a colocar a cada una en su sitio, una y otra vez. Era sumamente cuidadosa porque no quería perder la confianza de la abuela en mí.

Tras el fallecimiento de la abuela, llegó el tiempo de repartir sus pertenencias. A cada uno de los hijos y nietos se les dio la oportunidad de guardar algo como recuerdo.

«¿Qué te gustaría, Jennifer?», preguntó mi tía.

Yo solamente deseaba una cosa.

«¿Puedo quedarme con el gallo?»

Deseo concedido.

Nadie más quería el gallo, y supongo que se debe a que, para algunos, era demasiado llamativo. Otros familiares tal vez nunca lo hayan notado. Aquel gallo estuvo situado sobre el estante inferior por años, a la altura perfecta para que un niño lo pudiera ver pero fuera de la vista de la “gente grande”.

El gallo ahora reposa sobre un estante en mi propia cocina. Cuando lo veo, me recuerda la cocina de la abuela y la manera en que me mimaba con buena comida y una sonrisa acogedora.

Sobre todo, el gallo me recuerda cómo la abuela se regocijaba en mi alegría, y por ese motivo, se arriesgaba a permitirme sujetar al gallo.

Todos estos recuerdos cálidos representan cómo yo sé que hay valor en las cosas del estante inferior de la vida.

Me pregunto si, al reflexionar sobre nuestras vidas, las “cosas del estante inferior” son las cosas más importantes de todas. Cosas como mensajes de texto divertidos con tu mejor amiga, una cena espontánea, la mano de un niño sujetándose a la tuya, una canasta fresca con tu afamado pan sobre la mesa, oraciones susurradas durante el día, las lágrimas que no puedes evitar cuando escuchas aquella canción.

Nuestras vidas son la colección de un millón de pequeñas cosas todas apiladas una sobre otra, que van formando una vida hermosa.

Cuando pienso en Jesús, veo como Él valoraba las cosas pequeñas y las usaba para ilustrar mensajes importantes. Él comparó el poder de la fe con un grano de mostaza, una de las semillas más pequeñas sobre la tierra (Mateo 17:20). Él pudo tomar el pequeño almuerzo de un muchacho y convertirlo en un gran milagro (Lucas 9:10-17). Él consideró el valor de las monedas escasas de una viuda (Marcos 12:41-44).

En una lección, Jesús dirigió la atención hacia un pájaro ordinario, casi olvidable: el gorrión. Jesús dijo que los gorriones no valen mucho dinero: “¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre” (Mateo 10:29). 

Una persona vale mucho más para Dios que una bandada entera de gorriones. Él incluso cuenta los cabellos en nuestras cabezas. “Y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones” (Mateo 10:30-31).

Creo que se podría decir que Dios valora las cosas del estante inferior. Y si Dios les presta atención, yo también deseo prestarles atención.

Es tan tentador creer que una vida con propósito se encuentra en “las cosas del estante superior”, sobre escenarios o bajo reflectores donde fluyen los elogios y el mundo le presta atención.

Pero las vidas significativas raras veces se construyen sobre escenarios o bajo reflectores.

Las vidas significativas se construyen al volvernos totalmente conscientes de nuestras vidas cotidianas.

Pero tenemos que detenernos para ver toda esta bondad aquí mismo y ahora. Debemos prestar atención. Es posible que tengamos que agacharnos, como un niño, para encontrar las cosas más preciosas sobre los estantes más bajos de todos.

Al final de nuestras vidas, cuando nos paremos frente a Dios, lo sabremos con certeza: no siempre son las cosas grandes las que más importan. A menudo, son los pequeños gestos, que se van sumando, los que dan sentido a la vida.

Querido Dios, gracias por las cosas del estante inferior en mi vida. A veces, me siento tentada a perseguir las cosas relucientes y del estante superior. Recuérdame a jamás desestimar el obsequio que reside en lo “pequeño”. En el Nombre de Jesús, Amén.

RECOMENDAMOS

Es tan fácil pasar por alto las cosas pequeñas mientras buscamos las más grandes y relucientes. Las cosas grandes son importantes, pero podemos perdernos tantos detalles a lo largo de nuestro camino con Dios si no observamos las cosas correctas. Esto se puede observar en la Biblia, cuando miramos la vida y el ministerio de Jesús. Jesús era el Mesías, pero al no tener el aspecto o la llegada que la gente esperaba, lo pasaron por alto. El Mesías que el pueblo de Dios había estado esperando no fue reconocido debido a su percepción de lo que Él debía ser. En la guía de estudio Jesús en el Antiguo Testamento, verás que la presencia de Jesús no está solamente en el Nuevo Testamento, sino que también se encuentra en el Antiguo Testamento. Esta guía de estudio te ayudará a ver cómo Jesús da a conocer Su presencia en cada parte de la Biblia. Jesús nunca está ausente en las páginas de las Escrituras, y ciertamente Él tampoco está ausente en las páginas de nuestras historias. ¡Obtén tu copia digital hoy mismo!

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PROFUNDICEMOS

Zacarías 4:10, No menosprecien estos modestos comienzos, pues el SEÑOR se alegrará cuando vea que el trabajo se inicia… (NTV)

Los comienzos pequeños y las cosas del estante inferior tienen algo en común: a menudo se las pasa por alto y son subestimadas. Hoy, tómate un poco de tiempo para ver y nombrar los pequeños comienzos y las cosas del “estante inferior” en tu vida. ¡Nombra algunas en los comentarios!

© 2022 por Jennifer Dukes Lee. Todos los derechos reservados.


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