Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. Génesis 50:20 (NVI)
Mi familia fue bastante complicada mientras yo crecía. Peleas. Discusiones. Gritos. Llanto. Y eventualmente, mucho perdón.
Durante los primeros años, especialmente antes de conocer a Jesús, parecía que los días festivos siempre eran los peores.
Si alguna vez hay un lugar para aprender acerca del perdón… para practicar el perdón … para lidiar con el perdón… es en la familia. E interesantemente, es en el contexto de la familia donde la palabra “perdón” aparece por primera vez en la Biblia.
En el libro de Génesis, conocemos a un joven llamado José, el onceavo de 12 hermanos y el hijo favorito de Jacob. En Génesis 37, José tuvo varios sueños proféticos en los que un día sus hermanos y su padre se inclinaban ante él. En vez de guardar esa información para sí mismo, parece que la inmadurez aflojó sus labios y la compartió con sus hermanos celosos. Cuando tenía 17 años, sus hermanos estaban hartos de José, a quien veían como un hermano bastante malcriado.
Entonces un día, cuando José salió al campo para ver cómo estaban, ellos tramaron tirarlo en un pozo, triturar su túnica elegante y decirle a Jacob que un animal salvaje le había matado a su hijo favorito. Poco después de haberlo arrojado a la fosa, pasó una caravana de madianitas. Entonces los hermanos confabularon otro plan; en vez de dejarlo morir, lo vendieron como esclavo y se embolsaron un poco de dinero en el proceso.
José sirvió como un esclavo en la casa de un oficial egipcio de alto rango llamado Potifar. Génesis 39 nos dice, que estando ahí, José fue falsamente acusado de abusar sexualmente a la esposa de Potifar y fue encarcelado. (¡Eso sí que fue un mal día!)
Durante su encarcelamiento, interpretó sueños para algunos de sus compañeros de prisión. Un día el Faraón de Egipto tuvo un sueño perturbante que nadie podía interpretar. El copero del Faraón, que había estado en prisión con José, le dijo al Faraón acerca del don de interpretación de José.
José interpretó el sueño del Faraón y predijo siete años de abundancia seguidos por siete años de hambre en la tierra. El Faraón se enamoró tanto de la sabiduría que Dios le había dado a José que lo nombró gobernador de Egipto, superado solamente por el mismo Faraón (Génesis 40-41).
Durante la hambruna, ¿quiénes se presentaron en Egipto buscando comida? ¡Los hermanos confabuladores de José! Ellos se aterrorizaron cuando el gobernador les reveló, “«Yo soy su hermano José, a quien ustedes vendieron a Egipto” (Génesis 45:4c, NBLA). ¿Sabes lo aterrorizados que tenían que haber estado? ¿Qué haría José?
¿Qué habrías hecho tú?
Esta fue la respuesta de José a la injusticia infligida por sus hermanos: “Pero ahora, por favor no se aflijan más ni se reprochen el haberme vendido, pues en realidad fue Dios quien me mandó delante de ustedes para salvar vidas” (Génesis 45:5, NVI). Después, él dijo, “Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente” (Génesis 50:20).
José no dijo, “oh, está bien. No se preocupen por eso”. Sino que él llamó a la traición por lo que era, una maldad dirigida hacia él que resultó en 13 años de esclavitud. Al mismo tiempo, él eligió perdonar el mal que se le había hecho y permitió que la gracia de Dios fluyera a través de él. Abrió la puerta de la reconciliación y le encomendó a Dios el asunto de la justicia.
Cuando pasamos el perdón alrededor de la mesa en el plato de la gracia en mi casa, no estábamos diciendo que lo que había pasado en nuestra familia estuvo correcto o que no importaba. Estábamos diciendo que sí, estuvo mal, que sí importaba, y ahora elegíamos dejarlo ir.
El perdón de José pone fin a Génesis, el primer libro de la Biblia. Terminamos la narrativa épica con un retrato del perdón que continúa a lo largo de la Biblia, y todo comienza con una familia bien complicada. Eso me brinda gran consuelo; espero que a ti también.
¿Por qué? Porque el perdón evita que nos quedemos atrapadas en las partes malas de nuestras historias y abre una puerta a un nuevo final.
Padre Celestial, vivir en familia puede ser tan complicado. Nos lastimamos y nos amamos, y a veces al mismo tiempo. Ayúdame a perdonar rápidamente. Ayúdame a enfocarme en seguirte a Ti de mejor forma y sin desarrollar amargura. Ayúdame a confiar en Tu soberanía en cada situación. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Génesis 45:7, Por eso Dios me envió delante de ustedes: para salvarles la vida de manera extraordinaria y de ese modo asegurarles descendencia sobre la tierra. (NVI)
Además de leer Génesis 45:7, regresa y lee Génesis 50:20 una vez más. ¿Cuál fue la perspectiva de José acerca de la traición de sus hermanos? ¿Cómo ha usado Dios una situación dolorosa para bien en tu vida?
¿Hay alguien en tu familia biológica o espiritual a quien necesitas perdonar hoy? Si es así, ¡deja un comentario como un compromiso de perdonar a esa persona!
© 2022 por Sharon Jaynes. Todos los derechos reservados.
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