¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! Romanos 11:33 (NVI)

No crecí en la iglesia y de niña no fui expuesta a historias bíblicas. Me convertí en cristiana a los 22 años, pero me sentía como una niña pequeña. ¡Todo era nuevo!

No solo estaba aprendiendo a caminar con Dios, sino también a leer Su Palabra. Todo el mundo parecía saber mucho; al menos eso es lo que pensaba. Me sentí tentada a acercarme a la Palabra de Dios por deber, para obtener más conocimiento sobre Él y para sentir que no me estaba quedando atrás. Mi relación con Dios se convirtió en saber más en lugar de disfrutar y deleitarme en Aquel que me salvó.

Es decir, hasta que Dios me mostró que la clave para crecer como cristiana no es ganar más y más conocimiento y un día “llegar”, habiendo aprendido todo lo que hay que saber, sino que la clave es siempre ser estudiante de Jesús.

Un día, estaba enseñando un estudio bíblico y durante nuestra conversación, una de mis hermanas en el Señor nos dijo que cuando era más joven, oró al Señor: Manténme capaz de seguir aprendiendo. Tenía casi el doble de mi edad y, sin embargo, estaba ansiosa por aprender de mí y del Señor.

Mi amiga no lo sabía, pero en ese momento me estaba enseñando a apreciar el aprendizaje del Señor por el resto de mi vida.

Mientras la escuchaba y la observaba, me di cuenta de que ella amaba tanto a su Salvador que nunca quería “llegar”, como si no pudiera aprender más acerca de Él. Su deseo de conocimiento era interminable, pero no era solo para poder responder preguntas triviales. No, ella anhelaba estar en una relación con el Señor. Anhelaba la humildad que se necesitaría para ser una aprendiz de por vida.

Después de todo, es absurdo que pensemos que podemos llegar al final de aprender acerca de Dios. Las profundidades de la Palabra de Dios y Su carácter son inagotables, como proclama Pablo en nuestro versículo clave: “¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!” (Romanos 11:33). ¡Estaremos buscando en las profundidades por la eternidad!

Si deseamos conocer al Señor solo para poder decir que tenemos conocimiento, pensando falsamente que un día podemos “llegar”, nos perderemos dos gloriosos beneficios de la vida cristiana:

1. Las maravillosas alegrías de aprender y ser enseñada.
Que nunca nos envanezcamos a causa de nuestro conocimiento (1 Corintios 8:1b). En cambio, mi oración por ti y por mí es que el Señor nos mantenga aprendiendo todos los días de nuestras vidas. El Señor se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes (Santiago 4:6). Él nos dará gracia sobre gracia a medida que busquemos humildemente aprender.

2. Una relación con Jesús.
Da miedo pensar que podemos saber mucho acerca de Dios y realmente no conocerlo en absoluto. A medida que leemos las Escrituras, ciertamente estamos adquiriendo conocimiento, pero el propósito es crecer en nuestra relación y amor por nuestro Señor. Valoramos la Palabra de Dios porque apreciamos a Dios.

He tenido temporadas llenas del Espíritu, de adoración y tiempo constante en la Palabra y temporadas en las que leer se sentía como un deber en lugar de gozo y deleite. Todas nos encontramos luchando de vez en cuando para leer la Biblia e interpretarla correctamente. Y aquí están las buenas noticias: está bien. Cualquier tiempo invertido en la Palabra es tiempo bien empleado. El tiempo en la Palabra no siempre se sentirá como un servicio de adoración, pero cada momento te enseña una cosa más acerca de tu Señor y Salvador. ¡No tiene desperdicio!

Cuando cambiamos nuestro enfoque de simplemente obtener conocimiento, podemos ver cómo nuestro tiempo con el Señor se transforma del deber al deleite.

Como mi amiga, anhelemos ser enseñables, siempre deseosas de escuchar al Señor a través de Su Palabra.

Señor, anhelamos conocerte a través de Tu Palabra. Mientras leemos, ayúdanos a disfrutar nuestra relación contigo. Ayúdanos a crecer en nuestro amor por Ti, Señor. Toma nuestra tentación de leer Tu Palabra por deber y conviértela en deleite. Te amamos y te adoramos. En el Nombre de Jesús, Amén.

Como devocional patrocinado, las dos secciones siguientes pueden contener enlaces de contenido solo en inglés.

Recomendamos

Si deseas obtener ayuda para aprender a deleitarte y disfrutar a Dios a través de Su Palabra, toma una copia del libro de Trillia Newbell, 52 Weeks in the Word: A Companion for Reading Through the Bible in a Year.

Conéctate

¿Te ha gustado leer los devocionales en español Aliento para el día de hoy? ¡Considera compartirlos con tu hermana, madre, hija o amigas! Nuestro deseo es hacer correr la voz acerca de nuestros recursos en español al compartir la Palabra de Dios y crear una comunidad entre hermanas en Cristo. ¡Gracias por ser partícipe en todo esto!

Profundicemos

2 Timoteo 3:16-17, Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra. (NBLA)

Salmo 119:33-34, Enséñame, oh SEÑOR, el camino de Tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento para que guarde Tu ley Y la cumpla de todo corazón. (NBLA)

¿Qué te motiva a leer la Palabra de Dios?

Motivada por la gracia de Dios, ¿qué cosas puedes hacer ahora para convertirte en una aprendiz de la Palabra de Dios de por vida?

¡Nos encantaría saber de ti! Comparte con nosotras en los comentarios.

© 2023 por Trillia Newbell. Todos los derechos reservados.

Proverbs 31 Ministries agradece a Moody Publishers por patrocinar el devocional de hoy.

Haz click aquí para ver nuestra política sobre los enlaces de terceros.

---

NUESTRAS CREENCIAS

Si la vida se siente increíblemente difícil, haz clic aquí para acceder a nuestros recursos de consejería y asesoramiento.

---