Devocionales

Los crayones rotos todavía pintan

Toni Collier 25 de enero de 2023
Entonces Jesús le dijo: «Yo tampoco te condeno. Vete; y desde ahora no peques más». Juan 8:11b-c (NBLA)

Una noche después de la cena, entré en la sala de estar y me encontré con una escena no muy agradable.

Por todo el piso en montones pequeños había crayones que parecían haberse metido en una pelea. Mi hija de edad preescolar, Dylan, había quitado sus envoltorios de papel y rompió todos y cada uno de los crayones.

Cuando le pregunté por qué había arruinado todos los crayones, solo me miró y dijo: «Mami, colorea».

Más tarde, mientras estaba de rodillas raspando los crayones, me derrumbé … exhausta, sola y llorando. No se trataba de crayones; se trataba de una vida que se había derrumbado en pedazos rotos de desesperación, rotos como los crayones esparcidos sobre nuestra alfombra.

Me habían despedido de una iglesia que me había prometido un ascenso y un aumento unos meses antes. Pasé noches incontables revisando los papeles del divorcio porque no podía pagar un abogado. Mirando mis finanzas y las facturas que ahora cargaría como madre soltera, no veía una salida de este valle de oscuridad completa.

Pensando en el comentario de Dylan: «Mami, colorea», me di cuenta de que estaba diciendo: «Sí, rompí los crayones, mamá, ¡pero todavía funcionan!»

Aquí estaba yo en un valle, pensando que mi quebrantamiento me rebajaba. Y, sin embargo, hay historias a lo largo de la Biblia que muestran a personas quebrantadas, incluidas mujeres quebrantadas, a quienes Dios rescata y les da la bienvenida.

Hay una historia dura pero hermosa en la Biblia que muestra una imagen del deseo de Jesús de elegir a aquellas de nosotras que luchamos por ver nuestro valor. Los escribas y los fariseos llevaron a una mujer sorprendida en adulterio a los patios del templo donde estaba Jesús. Imagínate que te encontraran en el mismo acto de algunos de tus mayores errores, arrestada en el lugar y arrastrada a un lugar público para ser asesinada. ¿Cómo te sentirías?

Y, como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo: —Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo.

Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta dejar a Jesús solo con la mujer, que aún seguía allí. Entonces él se incorporó y le preguntó: —Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena?

—Nadie, Señor.

—Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar (Juan 8:7-11, NVI).

¿Ves lo que acaba de pasar? Jesús le dio vuelta a la situación.

Jesús no solo creó responsabilidad por la vergüenza pública, sino que también eligió mostrar amor a una mujer que, para su comunidad, estaba manchada y merecía la muerte. Su propio quebrantamiento no descartó su acceso al Salvador del universo y Su amor por ella.

Cuando decides traer tus heridas a la luz, la esperanza y la sanidad pueden ser tuyas. A través de este acto de elegir a la mujer en Juan 8, Jesús nos muestra hoy que Él nos elige a ti y a mí también. Jesús te está eligiendo ahora mismo. La pregunta es: ¿serás lo suficientemente valiente como para luchar por tu mayor esperanza luchando contra tu mayor dolor?

Todas tenemos cosas que nos han lastimado profundamente, cosas de las que necesitamos sanar. Necesitamos restauración y libertad verdadera. Nuestras heridas de la infancia se pueden transformar en cicatrices adultas sanadas y selladas.

Puedes mirar todos tus errores pasados, tu dolor pasado, las partes de tu historia que solo quieres olvidar y declarar que no tienen la última palabra en tu vida. Eso es exactamente lo que hizo Jesús cuando murió por ti: declarar que esas cosas no tienen la última palabra, pero Dios sí. Y, amiga, Él aún no ha terminado contigo. ¡Los crayones rotos siguen coloreando!

Querido Dios, sabes por lo que he pasado. Gracias por nunca darte por vencido conmigo. Llévame a un lugar de sanidad que me permita compartir mi historia y las buenas noticias de que la esperanza está disponible para todas nosotras. En el Nombre de Jesús, Amén.

Como devocional patrocinado, las dos secciones siguientes pueden contener enlaces de contenido solo en inglés.

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Salmos 91:15, Cuando me llamen, yo les responderé; estaré con ellos en medio de las dificultades. Los rescataré y los honraré. (NTV)

¿Cuál es un área de tu vida en la que has descartado la posibilidad de que Dios la use debido a errores o dolores del pasado? Haz una oración hoy declarando que tus errores, dolor o vergüenza no tienen la última palabra en tu vida, Dios sí la tiene.

© 2023 por Toni Collier. Todos los derechos reservados.

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