Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos; y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero. Gálatas 4:4-7 (NTV)

Me encanta que la adopción sea el corazón del Evangelio, y no porque sea adoptada.

Bueno, tal vez sí un poco por esa razón.

Pero la verdad es que Dios podría haber usado cualquier metáfora para explicar cómo llegamos a ser parte de Su familia. Sin embargo, usó esta metáfora íntima de la adopción para mostrarnos que en realidad Él nos eligió para ser sus hijas porque nos ama, y ahí es donde nuestra identidad está arraigada.

Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos; y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero. (Gálatas 4:4-7)

Estamos destinadas a vivir seguras en Su amor, sabiendo que somos Sus hijas amadas.

Pero la realidad es que a menudo basamos la fuente de nuestra seguridad en otros al valorar sus opiniones sobre nosotras por encima de la verdad de Dios acerca de nosotras. Si hacemos esto por un tiempo, puede desviarnos del camino de los propósitos de Dios y llevarnos a una búsqueda personal de nuestro valor y sentido de pertenencia en aquellos que no pueden dárnoslo.

En toda la vida, la posición más insegura para estar es aquella en la que tenemos algo que probar o algo que perder. Entonces, en cualquier momento y cada vez que busquemos encontrar nuestra seguridad en alguien o algo que no sea Dios, nos llenamos de inseguridad. ¿Puedes pensar en alguien en tu historia que tenga este poder sobre ti? ¿De quién continuas buscando validación?

Tal vez estés buscando esa validación en…

Un padre que nunca estaba satisfecho.
Una madre a quien nunca lograbas complacer.
Un maestro que dijo que nunca lograrías nada.
Un ex cónyuge que dijo que nadie podría amarte jamás.
Las chicas malas de secundaria o preparatoria que te avergonzaron por tu cuerpo.

O tal vez estés recordando lo que consideras que fue tu peor error, aquel por el cual todavía permites que defina tu identidad.

En lugar de mirar hacia atrás para aprender, crecer, desarrollarnos y arrepentirnos, nos hemos acostumbrado a mirar hacia atrás constantemente, y esa mirada hacia atrás nos ha atascado y obsesionado con el pasado. Hemos permitido que el pasado siga limitándonos, clasificándonos, atrapándonos y determinando nuestra identidad. Pero el mismo Jesús que nos salvó quiere hacernos libres (Juan 8:36).

Si eres una seguidora de Cristo, te aseguro que eres completamente amada, sin importar lo que alguien más te haya dicho o haya dicho sobre ti, sin importar lo que alguien te haya hecho, sin importar los errores o fracasos que hayas cometido o experimentado. Eres Su hija adoptada, amada y elegida.

Él te ha amado desde antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4)… y no se detendrá.

Padre Celestial, por favor ayúdame a fijar los ojos de mi corazón en Ti, donde hallaré mi identidad, seguridad y futuro. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Para obtener más información sobre las formas en que podemos dejar de mirar hacia atrás y comenzar a avanzar, adquiere una copia del último libro de Christine Caine, Don’t Look Back: Getting Unstuck and Moving Forward with Passion and Purpose.

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Romanos 8:38-39, Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor. (NVI)

¿Qué puedes hacer hoy para renovar en tu corazón y mente que tu seguridad está en Dios? ¿Qué paso puedes dar hoy para seguir avanzando? Comparte con nosotras en los comentarios!

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