Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna. Salmo 73:26 (NVI)

«¡¿Qué?!» Sacudí la cabeza y me quedé mirando la prueba. Una línea fuerte y otra muy tenue.

«No puede ser… ¿qué?».

Si hubo algo que cinco años, una prueba de embarazo positiva y un profundo dolor me enseñaron, fue a no hacerme ilusiones tan fácilmente.

Probé de nuevo, pero esta vez no pude distinguir claramente una segunda línea. Tal vez estaba allí, tal vez no. Decidí comprar una prueba de embarazo más precisa y me llevé a mi perrita como apoyo moral.

Cuando llegué a casa, realicé la tercera prueba y fui incapaz de distinguir una segunda línea. Esa misma noche y al día siguiente, empecé a ver señales seguras de que, de hecho, no estaba embarazada.

El dolor de esta decepción fue tan devastador que sentí que aplastarían mi cuerpo y alma. Mi corazón estaba quebrantado.

Fue dolorosamente difícil para mí luchar con la bondad de Dios en la infertilidad inexplicable. ¿Por qué, Dios? Si sabías que al final iba a ser negativo, ¿por qué darme una prueba positiva? Si sabes que cada mes terminaré sin bebé, ¿para qué prolongar la decepción?

¿No puedes ver lo doloroso que esto esto es para mí?

¿No te importa?

A veces, sentía que sería más fácil saber que el embarazo nunca se produciría, llorar la pérdida y seguir adelante, en lugar de mantener la esperanza.

¿Cómo podía mantener mi corazón completamente abierto y vulnerable a la esperanza y, al mismo tiempo, mantener mi corazón completamente abierto y vulnerable al dolor devastador mes tras mes? ¿Cómo podía seguir haciéndolo cuando había experimentado más dolor que alegría? ¿Cómo podría no adormecer o endurecer mi corazón para protegerlo de la decepción?

Recordar el constante amor, la bondad, la promesa y la presencia de Dios conmigo y con mi esposo, incluso en el valle más profundo y oscuro de la infertilidad, nos mantuvo aferrados a nada más que a Él. Él es el Dios capaz de arrojar las montañas al mar (Salmo 46:2) y resucitar a los muertos (Mateo 28:6). Él es el Dios que creó los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos (Génesis 1). Él es El Roi, el Dios que ve, y está cerca de los quebrantados de corazón (Salmo 34:18).

Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna (Salmo 73:26).

También podemos mirar a Jesús, el Hijo de Dios que fue abandonado por el Padre mientras colgaba de la cruz por los pecados del mundo (Mateo 27:46). Recordar que Jesús puede identificarse con nosotras en nuestros propios sentimientos de ser abandonadas, nos da el consuelo de que Él comprende nuestro dolor.

La cruz nos ayudó a mi esposo y a mí a aferrarnos a la esperanza de que nuestra historia aún no había terminado, al igual que no había terminado para Jesús cuando todavía tenía que resucitar venciendo a la misma muerte. Dios seguía obrando para lograr la salvación del mundo, incluso cuando parecía que nada estaba sucediendo; el cuerpo de Jesús yacía en la tumba, y toda esperanza parecía perdida. Pero la muerte y resurrección de Jesús nos dan valor para creer que Dios puede redimir incluso nuestros momentos más oscuros.

Al final del día, cuando todo lo demás falla, no ponemos nuestra esperanza en las cosas de este mundo, en las citas con el médico, los tratamientos de fertilidad, la programación, las pruebas y las tomas de temperatura, sino solo en Dios. Solo Él es fiel, solo Él es suficiente, y solo Él es capaz de reescribir nuestras historias de dolor para que sean más hermosas de lo que jamás podríamos pensar o imaginar.

Señor, Tú eres la fuerza de mi corazón y mi porción para siempre. Cuando me sienta abandonada, ayúdame a recordar la cruz, y dame valor para volver a la esperanza en Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.

Las secciones siguientes pueden contener enlaces de contenido solo en inglés.

RECOMENDAMOS

Dios quiere usarte justo donde estás. Basándose en la investigación de vanguardia y la sabiduría bíblica, Alice Matagora te invita a entrar en el plan de Jesús para salvar el mundo, estés donde estés, en su libro How to Save the World: Disciplemaking Made Simple. Ella comprende tus ansiedades (porque ella las ha experimentado) y te ayuda a derribar barreras, señalándote al gozo del discipulado comprometido: conocer a Cristo, darlo a conocer y ayudar a otros a hacer lo mismo. ¡Obtén tu copia hoy mismo!

Encuentra una selección especial de nuestros libros favoritos llenos de la Verdad de Dios y disponibles en español al visitar nuestra librería de Proverbs 31 o Christianbook.com.

CONÉCTATE

También puede seguir a Alice Matagora en Instagram y Facebook.

¿Buscas más aliento? Proverbs 31 Ministries tiene recursos bíblicos gratuitos en español que traerán esperanza y te ayudarán a navegar el día a día.

PROFUNDICEMOS

Lamentaciones 3:21-25, No obstante, aún me atrevo a tener esperanza cuando recuerdo lo siguiente: ¡El fiel amor del SEÑOR nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana. Me digo: «El SEÑOR es mi herencia, por lo tanto, ¡esperaré en él!». El SEÑOR es bueno con los que dependen de él, con aquellos que lo buscan. (NTV)

¿Dónde estás experimentando dolor y pérdida por mantener tu corazón abierto a la esperanza en esta etapa de la vida?

¿En qué manera has vuelto a la esperanza en Dios a la luz de la decepción? ¿Hay algún pasaje de las Escrituras que te anime? ¡Nos encantaría saber de ti! ¡Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2023 por Alice Matagora. Todos los derechos reservados.

---

NUESTRAS CREENCIAS

Si la vida se siente increíblemente difícil, haz clic aquí para acceder a nuestros recursos de consejería y asesoramiento.

---