¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! Salmo 107:8 (NVI)

El cursor parpadeante se burló de mí mientras intentaba redactar otro correo electrónico que no comenzara con un “¡gracias!” demasiado alegre.

No sé tú, pero a veces siento que tiendo a usar en exceso esa palabra. Ya sea que alguien conteste un correo de manera oportuna, me sostenga la puerta en un restaurante, o me permita incorporarme a un carril con mucho tráfico para no perder mi giro (¡bendiciones, amable conductor!), no es difícil encontrar algo por lo que decir gracias. Pero quiero que mi agradecimiento sea significativo, no sólo cotidiano.

Un día, mientras penosamente editaba otro correo, intentando encontrar un modo único de expresar mi apreciación, el Espíritu Santo tocó mi corazón con convicción clara.

¿Si eres tan apta para agradecer a los demás, por qué es una lucha decirle la misma palabra al Señor?

¡Uff!

Sin embargo, es cierto: por mucho que siempre esté lista para soltar una nota sincera de gratitud a una compañera de trabajo, me cuesta mucho agradecer al Señor de manera constante. Soy una profesional en pedirle cosas y, para ser honesta, me quejo discretamente de mis circunstancias. Pero tengo que ser intencional al incorporar la gratitud en mis oraciones. Incluso entonces, a menudo se siente forzado, rígido y obligatorio.

Si has estado en la misma situación, no estás sola.

Recientemente, leí una cita de un estudio bíblico sobre la oración a través de los Salmos que cambió mi forma de pensar acerca de la acción de gracias en mis oraciones: “la acción de gracias es nuestra respuesta al amor, la bendición y la compasión que fluye de Dios hacia nosotras”.

Vemos esa definición de la acción de gracias en nuestro versículo clave, el Salmo 107:8: “¡Que den gracias al SEÑOR por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres!”.

Este Salmo describe cuatro grupos de personas que se encontraban en situaciones estresantes: perdidos en el desierto, encadenados en prisión, sufriendo aflicción física y en el mar durante una tormenta. Dios rescató a estas personas en las cuatro situaciones, llevándolos a la seguridad, la libertad y la sanidad. En respuesta, nuestro versículo clave se repite cuatro veces a lo largo del Salmo, exhortando al pueblo a agradecer a Dios por todo lo que Él había hecho por ellos (Salmo 107:8; Salmo 107:15; Salmo 107:21; Salmo 107:31).

Leer este Salmo me hace pensar: ¿qué cosas maravillosas ha hecho Dios en mi vida? ¿Cómo puedo responder? El Salmo 107:1 instruye: “Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre” (NVI).

El Salmo 107 ilustra que la acción de gracias requiere de remembranza. Como humanos, somos terriblemente olvidadizos. Por eso es muy importante que pongamos atención a las oraciones contestadas y a los milagros que hemos presenciado de cómo Dios actúa en nuestras vidas. Podríamos incluso escribirlas, así como los salmistas lo hicieron. Entonces podemos tomarnos el tiempo para mirar hacia atrás en esos registros y recordar la fidelidad y el amor de Dios. Esta es una manera de cultivar un corazón de gratitud.

La acción de gracias fluye libremente cuando nos damos cuenta de todo lo que Dios nos ha dado. Esta lista puede verse así:

• Salvación.
• Comunicación abierta con Dios.
• Amigos y familia que nos quieren.
• Aliento en nuestros pulmones.
• Nuevas misericordias cada mañana.

¡Y tantos otros regalos que Dios nos ha dado, ya sea para satisfacer nuestras necesidades o simplemente para nuestro disfrute!

Amiga, si la acción de gracias no surge naturalmente o se siente más como una obligación que como un deleite, recuerda que Dios no requiere nuestra acción de gracias como una formalidad o una muestra de cortesía. Sus regalos vienen sin condiciones. Pero a Él le encanta escuchar cuando nuestro gozo se desborda en gratitud cuando reflexionamos sobre cuán maravillosos son Sus dones y cuán maravilloso es Él para dárnoslos.

Él se merece todo nuestro agradecimiento. Que cultivemos corazones que se desborden diariamente de gratitud por todo lo que ha hecho nuestro Salvador.

Querido Señor, gracias por todo lo que Tú has hecho por mí, y aún más importante por mandar a Tu hijo como sacrificio a favor mío. Por favor cultiva un corazón de gratitud en mí, y ayúdame a recordar todas las razones para estar abrumadoramente agradecida contigo hoy. En el Nombre de Jesús, Amén.

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La autora del devocional de hoy, Shelby Dixon, es una escritora colaboradora de la guía de estudio Praying Through the Psalms. ¡Puedes conectarte con Shelby en Instagram!

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PROFUNDICEMOS

Salmo 100:4-5, Entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza; denle gracias, alaben su nombre. Porque el SEÑOR es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre. (NVI)

¿Qué pasaría si te comprometieras a llevar un registro escrito a mano o mecanografiado de las solicitudes que presentas a Dios en oración, aunque solo sea por una semana o un mes? Luego, puedes revisar esa lista con frecuencia para ver cómo responde Él a tus oraciones y, cuando lo haga, ¡dale las gracias!

¿Cuáles son las cinco cosas por las que puedes agradecer a Dios hoy? ¡Comparte tu lista de agradecimientos en los comentarios!

© 2023 por Shelby Dixon. Todos los derechos reservados.

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