…“¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” Mateo 25:21 (NVI)
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Mi abuela (de Rachel-Ruth) tenía colgado sobre el fregadero de la cocina un cartel que decía “El servicio divino se llevará a cabo aquí tres veces al día”. Era un recordatorio continuo de que incluso las tareas mundanas y cotidianas debían hacerse para el Señor.
La Biblia confirma que un día, la cocina, los viajes, el transporte y otras actividades cotidianas tendrán inscritos en ellos, “CONSAGRADO AL SEÑOR” (Zacarías 14:20-21, NVI).
Cuando estoy cocinando otra cena o manejando a una práctica más o respondiendo un flujo interminable de correos electrónicos, necesito respirar profundamente y recordar que todo lo que hago debo hacerlo para Dios. Para Su gloria.
Gran parte del camino de la cristiano consiste en ser fiel en lo cotidiano. Mientras esperamos el regreso de Jesús, debemos continuar viviendo fielmente nuestras vidas para Jesús en todas las cosas, incluidas las tareas no tan glamorosas de la vida. De hecho, podemos tener un encuentro increíble con Dios en medio de esas tareas cotidianas. Vemos esto a lo largo de las Escrituras:
- Moisés se encontró con Dios cuando estaba al otro lado del desierto, cuidando las ovejas de su suegro. Dios le habló a Moisés a través de una zarza ardiente y lo llamó a volver a Egipto, donde Dios lo usaría para liberar a los israelitas de la esclavitud (Éxodo 3).
- La mujer junto al pozo se encontró con Jesús mientras llenaba su cántaro de agua. Jesús, el Agua Viva, ¡cambió por completo su vida en una conversación (Juan 4)!
- María y Marta abrieron su casa, sirvieron una comida y tuvieron un asiento de primera fila en el ministerio de Jesús (Lucas 10:38-42).
Cada una de estas personas estaba llevando a cabo fielmente sus tareas diarias cuando se encontraron con Dios de una manera personal que les cambió la vida.
¿Podrías ser tú? ¿Estás como ellos, trabajando fielmente día tras día? Ya sea que eres una conserje que limpia los inodoros, una madre que lleva sus hijos a la escuela, un padre que ayuda a su hijo con la tarea escolar, una asistente administrativa en un rascacielos urbano, una cuidadora de un pariente enfermo, una directora ejecutiva en una reunión matutina, una estudiante en la universidad, o cajera, sea cual sea el trabajo que el Señor te ha encomendado, ¿estás siendo fiel?
Dios te ve cuando haces un esfuerzo adicional para ayudar a alguien en la oficina. Él te ve trabajar duro cuando otros a tu alrededor toman atajos y se van temprano. Él ve que te quedas despierta hasta tarde para lavar los platos, lavar la ropa y empacar los almuerzos de tus hijos. Él te ve cuando te levantas temprano para orar y estudiar la Biblia antes de salir hacia un día ocupado en el trabajo. ¡Dios te ve a ti y a tu fidelidad, incluso cuando crees que nadie te ve ni le importa!
Cuando Jesús vuelva, ¿no sería maravilloso escucharlo exclamar, “…“¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” (Mateo 25:21)?
¿Qué tarea te ha asignado Dios que sientes que no es muy importante? Sea lo que sea, Dios está mirando. Abre tus ojos y tu corazón a un encuentro nuevo con Él cada día.
Señor, ayúdame a ser fiel donde me has llamado en esta temporada. Levanta mis ojos para ver que incluso mientras estoy haciendo la tarea más ordinaria frente a mí, puedo tener un encuentro increíble Contigo. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Colosenses 3:23-24, Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor. (NVI)
¿Cuáles son tus responsabilidades diarias? Examina tu actitud hacia ellas. Si tu creyeras que tu fidelidad al llamado de Dios podría abrir la puerta para un encuentro con Él que cambiaría tu vida, ¿cómo cambiaría tu perspectiva sobre tu trabajo hoy? ¡Comparte con nosotras en la sección de comentarios!
© 2023 por Anne Graham Lotz & Rachel-Ruth Lotz Wright. Todos los derechos reservados.
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