Devocionales

Honra a Dios con tu tiempo

Tsh Oxenreider 29 de agosto de 2023
Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Efesios 5:15-16 (NVI)

Durante los últimos cinco años, he enseñado en la escuela de mis hijos… así que, como muchas maestras, cuando llega mayo, estoy contando los días para el inicio de las vacaciones de verano. Mi cuerpo y mi alma anhelan el ritmo más lento que ofrece el verano, donde me espera el lujo de días repetidos que no priorizan completar una lista de tareas pendientes.

Es como si algo en mí estuviera programado para saber que la vida se trata de algo más que la productividad que venera nuestro mundo moderno.

Y, sin embargo, al final de las vacaciones de verano, llegaré a depender de la estructura. Cuando he tenido suficientes mañanas relajadas, tardes con mis hijos en la piscina con una gran novela en la mano y muchas noches de cine, algo en mis huesos anhela la estructura, el andamiaje en el cual puedo colgar mi tiempo.

También está programado en mí el conocimiento de que, si bien la vida no se trata solo de completar las listas de tareas pendientes, estoy hecha para más que días de descanso.

A Dios le importa mucho cómo invertimos nuestro tiempo. Las Escrituras están repletas de recordatorios que nos llama a “contar bien nuestros días” (Salmo 90:12, NVI), que hay “un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo” (Eclesiastés 3:1, NVI), y que “ni siquiera saben qué sucederá mañana” (Santiago 4:14, NVI). En su carta a los Efesios, Pablo va directo al punto con esta amonestación:

Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos (Efesios 5:15-16).

Si bien Pablo pidió a la iglesia joven en Éfeso a vivir sabiamente en medio de una cultura pagana, esta instrucción simple pero de gran desafío es igualmente cierta para nosotras que vivimos en nuestra cultura actual. Dios no solo ha designado este período de tiempo específico para que cada una de nosotras viva, sino que ya ha organizado este día único en el que estamos meditando en estos versículos. A Dios le importa los detalles de cómo empleamos nuestro tiempo.

El tiempo es un regalo. Si bien hay temporadas en las que está bien levantarme tarde o disfrutar de una tarde con un buen libro, también estoy llamada a usar bien cada día. Un ingrediente clave en la misión de nuestra vida de amar a Dios y amar bien a nuestro prójimo es comprender el significado del tiempo fugaz. Dios nos ha pedido que aprovechemos al máximo cada oportunidad.

¿Cómo se ve esto en la vida real? La mayoría de nosotras no dirigimos grandes corporaciones, gobiernos o instituciones. Me imagino que, si estás leyendo estas palabras, tu rutina diaria probablemente se parezca mucho a la mía: doblar la ropa, responder correos electrónicos, llevar a un hijo al dentista, preparar la cena, asistir a una llamada de trabajo, o tal vez encontrarse con una amiga para tomar un café. ¿Cómo aprovechamos al máximo cada oportunidad en una vida ordinaria y moderna?

En mi experiencia, esto no se hace mediante microgestionar cada minuto de mi día o rellenar cada hora. Simplemente es estructurar bien ciertas partes de mi día mientras le pido a Dios que me ayude a estar disponible para todo lo demás.

Para mí, esto implica rutinas factibles por la mañana y por la noche. Los llamo “delimitadores” porque incluso si el resto del día se convierte en un caos no planificado, al menos el principio y el final tienen buenas oportunidades para mantenerse intactos. Estos “delimitadores” se convierten en la herramienta simple que Dios utiliza para ayudarme a honrar Su recordatorio de aprovechar al máximo cada oportunidad.

Mi rutina matutina incluye oración, lectura de la Biblia, gratitud y una revisión de la lista de tareas del día. Mi rutina nocturna incluye una ducha, más gratitud, un repaso del día en oración y una buena novela. Eso es todo. Hay temporadas, como el verano, en que estos tiempos duran una hora, pero la mayoría de las veces duran entre cinco y 30 minutos. El punto no es la duración; el punto es usar bien mi tiempo.

Enmarcar mis días con solo un poco de estructura me ayuda a usar mejor el resto de mi día, ya sea preparar la cena y hacer mandados o ayudar con la emergencia repentina de una vecina en un cambio completo de lo que pensé que podría traer el día.

Dios se preocupa por cada segundo de nuestro tiempo corto aquí en la tierra.

Señor, ayúdame a honrarte con la forma en que uso mi tiempo. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Salmo 90:12, Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría. (NVI)

Santiago 4:14, ¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla que aparece por un momento y luego se desvanece. (NVI)

¿Qué es algo pequeño que podrías hacer cada mañana y tarde para delimitar bien tus días? ¡Comparte con nosotras en los comentarios!

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