Devocionales

La verdad que necesitas cuando el temor secuestra tu mente

Hannah Kuhn 6 de noviembre de 2023
»¡Mirad a mí y sed salvos … Isaías 45:22a (RVR1995)

Acababa de estacionarme en la entrada para autos pero no podía recordar cómo había llegado allí. ¿En qué estaba pensando mientras conducía a casa? ¿Qué trabajo había realizado esa tarde? Mi reflejo en el espejo retrovisor parecía el de una extraña.

Me encontraba en una temporada en la que cada mañana sentía que alguien secuestraba mi mente. De algún modo, me estaba desempeñando como empleada, estudiante y ciudadana respetuosa de la ley, sin embargo también estaba en un trance suspicaz desde el amanecer hasta el anochecer.

El temor me paralizaba, y los desórdenes alimenticios me controlaban. Ambos me atacaron como ladrones en la noche. Lo que había iniciado como un mal pensamiento inofensivo, seguido por un mal hábito, concluyó arrinconándome en una celda carcelaria y encadenándome a las mentiras del maligno.

Yo tenía 22 años. Sin duda mis compañeros de clase también sentían ansiedad por el trabajo que eventualmente llegarían a obtener, dónde vivirían y si se casarían. ¿Y acaso no forman parte de ser mujer la cultura de la dieta, el exceso de ejercicios físicos y odiar tu cuerpo?

No. Este mundo está quebrantado, y no es lo que Dios pretendía que fuera.

Yo estaba tan consumida por mis imperfecciones, que me encontré sin control y dominio de mi mente. Romanos 6:16b dice “son esclavos de aquel a quien obedecen” (NVI). Por supuesto, no fue mi intención ceder a las mentiras del enemigo, pero lo hice, y me hizo recordar lo que había mencionado el autor Oswald Chambers una vez: “lo primero que se debe hacer al confrontar un hábito o una forma de pensar que me controla es hacerle frente a un hecho desagradable: yo soy responsable por estar bajo control porque en algún momento sucumbí”.

La mala noticia es que, con nuestro propio esfuerzo, no seremos suficientes. Pero al recibir el inimaginable regalo gratuito del perdón y la vida eterna que Jesús ofrece a través de nuestra fe en Él, sí lo somos. Colosenses 2:9-10 dice, “Porque toda la plenitud de la divinidad habita en forma corporal en Cristo; y en él, que es la cabeza de todo poder y autoridad, ustedes han recibido esa plenitud” (NVI). Si has abandonado el pecado y has puesto tu confianza en Cristo, tienes al Espíritu Santo viviendo en ti (Efesios 1:13). Verás, no importa cómo tu vida se compara en relación a otras, Dios es suficiente en ti, y tú tienes todo lo que necesitas.

Afortunadamente para nosotras, nuestro Dios omnisciente sabía las luchas que su gente enfrentaría, de modo que para cada mentira que oigas, existe una verdad en la Biblia para contrarrestarla. Tu Creador dice que fuiste formada “de una manera formidable y maravillosa” (Salmo 139:14, JBS) a Su imagen (Génesis 1:27). No importa el tamaño que seas, si eres alborotosa o callada. Fuiste creada intencionalmente para que seas exactamente como eres. Cuanto más te aferres a estas verdades, más débiles se volverán las mentiras del enemigo en tu mente.

Después de pasar meses sintiéndome atrapada por algo fuera de mí, la Verdad de Dios finalmente irrumpió en mí, y dije, ya basta. Me rehusé a creer que mis pensamientos y comportamientos solo eran parte del hecho de ser una mujer recién graduada, y humana.

Por este motivo es tan importante reconocer el poder de ambos, del enemigo y de Dios.

Cuando tú permites que “mentiras inofensivas” sobre ti misma entren a tu mente, esos pensamientos pronto se harán demasiado grandes y se convertirán en un estilo de vida. Cuando eso sucede, no hay poder humano lo suficientemente fuerte como para romper esa cadena y derrotar lo que pronto se convertirá en una guerra en tu mente, una lucha por tu alma. Oswald Chambers escribió una vez esta verdad: “Ningún poder humano puede romper la esclavitud de un carácter que ha sido moldeado por ceder... Debes rendirte en humillación completa al único que puede liberarte, el Señor Jesucristo”.

Dios dijo en Isaías 45:22, “»¡Mirad a mí y sed salvos” (RVR1995). La próxima vez que seas tentada a temer al futuro o creer alguna mentira acerca de ti, mira arriba. En serio, mira hacia arriba e imagina a Dios observándote con una sonrisa llena de compasión. Mantén tus ojos fijos en Él mientras recuerdas todo lo que Él promete hacer y ser. Solo Él tiene guardado los planes perfectos y sabios para tu vida (Jeremías 29:11).

El enemigo y la mente son poderosos, pero nada es más poderoso que nuestro Dios.

Padre celestial, estoy agradecida de que nada en mi vida pasa desapercibido ni sucede fuera de Tu control. Hoy, decido rendir mis miedos e intentos de controlar el futuro en Tus manos todopoderosas. Sé que puedo confiar en Ti, y oro por Tu guía y protección para este día. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Mateo 11:28, »Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados yo les daré descanso. (NVI)

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© 2023 por Hannah Kuhn. Todos los derechos reservados.

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