»La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo. Juan 14:27 (NBLA)

Cuando las cosas no salen como queremos, nuestro reflejo es tomar el control, organizar y sistematizar, trazar y planificar, y hacer declaraciones audaces de lo que haremos si las cosas no cambian rápidamente.

Mi esposo y yo experimentamos esto cuando nuestro proceso de adopción tomó más años de lo que esperábamos y nuevamente cuando nuestra hija fue diagnosticada con cáncer siete semanas después de que la trajimos a casa. Intentamos elaborar estrategias y trueques con Dios una vez más cuando un juez nos dijo que entregáramos a nuestro hijo adoptivo a su familia biológica un año después de haberlo traído a nuestro hogar.

Cuando nos damos cuenta en lo profundo de nuestras almas de que no tenemos el control, pero Dios sí, conocemos la paz y la esperanza más allá de nuestras circunstancias. Comenzamos a entender que Dios puede traernos el bien a pesar de los eventos más malos y devastadores de nuestras vidas. Dios está arreglando todas las cosas para Su gloria eterna y nuestro gozo eterno.

Justo antes de que Jesús enfrentara Su crucifixión, reunió a Sus discípulos en el aposento alto para compartir juntos una última comida. Jesús sabía que se sentirían temerosos después de Su crucifixión, así que les dijo: “»La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo” (Juan 14:27).

Paz. Integridad. La definición básica de la palabra “shalom” puede significar “hecho bueno”, “completamente restaurado”, “establecido de nuevo”. Es la esencia de que todo lo que faltaba ha sido devuelto, lo carente ha sido reemplazado, lo que estaba fracturado ha sido unido otra vez.

Así como Jesús ofreció paz a Sus discípulos, Dios anhela traer paz a tu vida. Pero esto no es algo que Él te imponga. Esto es algo que tú eliges.

Si la paz parece inaccesible, pídele a Dios que te escudriñe y conozca tu corazón, que te pruebe y conozca tus pensamientos, como David oró en el Salmo 139:23-24. Invita a Dios a examinar la parte más íntima de ti para ver qué podría estar incorrecto. ¿Estás creyendo que Dios es quien dice ser? ¿Crees que Él está haciendo lo que dice que haría? ¿Qué duda podría estar alejándote de la paz que se encuentra en Él hoy?

Dios no se queda alejado mientras luchamos ni trata de convencernos de que el dolor no existe; sí existe. Pero en Su misma presencia, Dios declara sobre nosotros que nuestro dolor no existe en el vacío. El dolor no llega a ganar. Y por Su poder, acompañado de la paz prevaleciente, Dios nos guiará desde ahora hasta la eternidad en seguridad, sosteniendo nuestra mano en cada paso del camino.

Examíname, Dios, y conoce mi corazón. Muéstrame hoy si no estoy creyendo en quien dices que eres. Tú prometes una paz que es diferente a la paz que da el mundo. Prometes la esperanza de que este dolor desaparezca algún día. Guíame por el camino eterno. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Filipenses 4:7, Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. (NVI)

A la luz de Juan 14:27 y Filipenses 4:7, ¿cómo sería la paz de Jesús en tu vida hoy? ¿Qué significa elegir la paz? Comparte con nosotras en los comentarios.

© 2024 por Lauren and Michael McAffee. Todos los derechos reservados.

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