Que por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias; nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad! Lamentaciones 3:22-23 (RVR1995)

Me paré junto a la mesa decorada mientras equilibraba mi elegante y brillante plato, el cual era mucho más pequeño que mi torre de bocadillos y dulces. Era otra reunión navideña.

El tema del momento era el nuevo año que se avecinaba y los objetivos que la gente esperaba alcanzar esta vez. Escuché cortésmente (sin dejar de masticar) mientras se hablaba y se debatía extensamente sobre rutinas de ejercicios, especiales de desintoxicación y lecturas que “cambiaron su vida”. La gente estaba eliminando algo, alimentos, comportamientos, redes sociales, relaciones tóxicas; o agregando algo, más agradecimiento, más naturaleza, más tiempo de descanso, más amabilidad.

Pero a pesar de dónde se encontraban ellos en ese espectro, todos esperaban hasta el nuevo año para comenzar de nuevo. Y tenía sentido. Una segunda oportunidad sonaba bien, especialmente después del año de incertidumbre y agitación durante el cual todos habíamos luchado.

Entra el lema “¡Nuevo año ‒ Nuevo tú!”

Más tarde esa noche, me recosté en mi cama obsesionada acerca de mis grandes planes para el nuevo año. ¿Iba a eliminar o agregar cosas? A mi mente le caería mejor tener menos autocrítica, a mi cintura tal vez menos azúcar y a mis noches menos Netflix. Pero también, ¡no estaría de más reforzar mi corazón con un poco más de agradecimiento, paciencia y mucha más oración!

De pronto, mi gran lista de cosas por hacer para la “nueva yo” no se sentía tan grande y en cambio, me sentí tan sobrecargada como mi plato brillante de bocadillos y dulces, lista para quebrarme bajo la presión creciente. ¡No es de extrañar que la mayoría de resoluciones de año nuevo fracasen en el primer mes! ¡Todo era demasiado! Bruscamente acomodé mi almohada y estaba lista para seguir dando vueltas en mi cabeza sin rumbo, cuando una verdad olvidada irrumpió en el revuelto de mis pensamientos:

Pero Sus misericordias son nuevas cada mañana.

Mi cuerpo se quedó inmóvil al instante. ¿Escuché bien eso? Respiré dos veces más antes de ir por mi Biblia y buscar allí las palabras que flotaban en el aire.

Que por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias; nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad! (Lamentaciones 3:22-23)

Ahí estaba delante de mí. ¡Palabras de esperanza a las cuales me podía aferrar! Palabras que se proclamaron por primera vez sobre el pueblo de Dios cuando necesitaban desesperadamente comenzar de nuevo.

Se habían descarriado en gran manera, eliminaron muchas cosas buenas, agregaron muchas malas y estaban cosechando las consecuencias desgarradoras. Pero, incluso entonces la compasión del Señor estuvo siempre presente. Incluso entonces, ofreció Su misericordia ¿Por qué? ¡Porque ellos eran Su pueblo! Ellos le pertenecían a Él, así como yo le pertenezco.

Mi corazón exhaló con alivio. No necesitaba esperar hasta el comienzo de un nuevo año, una nueva temporada o una nueva semana para escoger un nuevo comienzo. Y definitivamente no necesitaba renunciar con vergüenza si es que mi nuevo comienzo necesitaba otro reinicio… y otro… y siete más por si acaso. ¡Le pertenezco al Señor! Él es mi nuevo comienzo cada mañana y Sus misericordias son interminables.

¡Lo mismo es verdad para ti!

Amigas, cuando le pertenecemos al Señor, se nos da el privilegio lleno de gracia de buscar Su misericordia en cualquier momento (Hebreos 4:16). Sin condiciones. Nuestro Padre Celestial simplemente nos invita a comenzar de nuevo, con Él. ¡Y estando con Él hace toda la diferencia!

Con Él, no estamos solas.
Con Él, nuestras fuerzas se renuevan.
Y con Él, nuestros reinicios son redimidos.

Así que, si nos damos cuenta que debemos agregar más cosas buenas: humildad, gratitud, autocontrol, tolerancia, perdón; o eliminar las malas: adicción, vergüenza, culpa, codicia, envidia, amargura, con Él podemos sentir esperanza para este nuevo año porque nuestro misericordioso Señor, lleno de gracia es soberano sobre todo.

Padre celestial, estamos en humildad por Tu infinito amor y misericordia para nosotras. Alabamos tu Santo Nombre. Alinea nuestros pasos con los tuyos cada mañana y anima nuestros corazones para creer plenamente en Ti en este nuevo año. Gracias Señor. En el Nombre de Jesús, Amén.

Verdad para hoy

Hebreos 4:16, Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. (RVR1995)

Isaías 41:10, No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (RVR1995)

Recursos Adicionales

El amor de Dios y Su misericordia por nosotras no está basado en cómo actuamos, a quienes conocemos o cuántas buenas obras hacemos. Somos amadas porque somos Su creación. Aprende más sobre el increíble amor de Dios por nosotras en el Devocional de Lynn Cowell “Amada por quien tú eres.”

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Reflexiona y responde

En oración lleva ante el Señor tus propósitos y esperanzas de año nuevo. ¿Cómo anima tus esfuerzos Su promesa de misericordia escrita en Lamentaciones 3:22-23?

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