...es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente dio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida. Lucas 6:48 (NBLA)

Es bueno que las estaciones cambien porque a menudo, para mí, son los catalizadores de otros cambios en mi vida.

Hace pocas semanas, la oportunidad de sentarse al aire libre estaba llegando a su fin a medida que el clima se volvía más frío y se acercaba el invierno. Era el momento de barrer las hojas otoñales de la terraza para el próximo cambio de estaciones. Mientras movía la escoba de un lado a otro sobre la madera, las tablas del piso no se sentían del todo bien. ¿Voy cuesta abajo?

Mi primer pensamiento fue correr y agarrar el nivelador de mi caja de herramientas. Si la burbuja estaba en el medio del bloque de plástico, podría descansar y no preocuparme por la estabilidad de la terraza. Pero mientras mi ojo viajaba por la barandilla, la vi: una curva en la madera. La terraza se había deformado de alguna manera.

Tomando una linterna, me dirigí a los cimientos de la casa. Rápidamente, vi dónde se había desprendido la madera: las vigas pesadas ya no estaban apretadas contra el poste de la base. Envié fotos a un albañil, quien confirmó mis sospechas: el poste que sostenía la terraza se había hundido. Si no se corregía, la terraza eventualmente caería por la colina.

En Lucas 6, Jesús está desarrollando el fundamento de la fe de Sus discípulos, creando una imagen de palabras como solía hacer: “Todo el que viene a Mí y oye Mis palabras y las pone en práctica, les mostraré a quién es semejante: es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente dio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida” (Lucas 6:47-48, NBLA).

Después de investigar, descubrí que las inundaciones son el tipo de clima severo más mortífero: pueden arrastrar a las personas en aguas turbulentas. ¡Con tan solo 15 centímetros de agua, una persona puede ser acarreada!

En los últimos años, a veces se ha sentido como si una inundación amenazara con apoderarse de mí. Las personas y las cosas que tengo más cerca de mi corazón se han encaminado en direcciones que yo nunca hubiera elegido.

Jesús dice que cuando hayamos elegido edificar nuestras vidas sobre Él, incluso cuando la más severa de las pruebas se presente en nuestro camino, nos mantendremos firmes. Yo he experimentado esto. Venir a Jesús, escuchar Sus palabras de esperanza y seguir Sus instrucciones me ha permitido mantenerme de pie incluso en el dolor. El cimiento que construí en los años de estudiar Su Palabra y caminar con Él todos los días me ha permitido no dejarme arrastrar por el desánimo y la desesperanza durante los días oscuros.

Jesús deja en claro lo que sucede cuando no elegimos construir nuestras vidas en Él: “Pero el que ha oído y no ha hecho nada, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin echar cimiento; y el torrente dio con fuerza contra ella y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa»” (Lucas 6:49, NBLA).

Si el poste de nuestro porche se hubiera colocado sobre un cimiento seguro, el cambio nunca habría ocurrido. Afortunadamente, no es demasiado tarde para que regresemos y hagamos las reparaciones necesarias ahora para que nuestra casa se mantenga en pie durante muchos años por venir.

Jesús nos da hoy la oportunidad de inspeccionar los cimientos de nuestras vidas.
¿Estamos construyendo sobre:

• alguien: nuestra familia o amigos?
• algún lugar: nuestros hogares, nuestro trabajo o el grupo al que pertenecemos?
• algo: nuestra carrera, nuestra educación o nuestro matrimonio?

En las pruebas de nuestras vidas, todas estas son cosas que pueden desaparecer, cosas que podemos perder. Lo sabemos porque todas lo hemos experimentado. Hemos perdido relaciones, lugares seguros que nos daban consuelo y cosas que nos daban una sensación de seguridad.

Afortunadamente, no es demasiado tarde para que regresemos y hagamos los cambios necesarios con Jesús ahora. Podemos elegir, en el futuro, construir nuestras vidas sobre el Único que nunca podremos perder y que no pueden quitarnos.

Jesús, es tan fácil quedar atrapada en las cosas cotidianas de la vida en lugar de invertir nuestros días obedeciéndote a Ti y a Tus caminos. Dame poder, Espíritu Santo, para construir mi vida en Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

1 Corintios 3:9, Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y ustedes son huerto de Dios, edificio de Dios. (RVA-2015)

Colosenses 2:7, firmemente arraigados y edificados en Él y confirmados en su fe, tal como fueron instruidos, rebosando de gratitud. (NBLA)

El apóstol Pablo en sus escritos a menudo se refiere a la arquitectura, comparándonos con postes y vigas. ¿Cuál es un hábito que puedes crear para ayudarte a construir tu cimiento en Jesús en lugar de en alguien, en algún lugar o en algo? Comparte tu respuesta con nosotras en los comentarios.

© 2021 por Lynn Cowell. Todos los derechos reservados.